Esta entrada al blog de No es Normal hace parte de nuestra convocatoria «Reflexiones de cuarentena»*
Por: Mariana Crane Ruge
Mi papá trabaja mucho. En tiempos normales trabaja mucho, pero ahora, desde la casa, trabaja más. Trabaja en temas de petróleo, lo que quiere decir que la crisis actual lo tiene, pues, en crisis. Se pasa el día encerrado en la oficina que improvisó para la cuarentena y a duras penas lo vemos en la comida.
Mi mamá, en cambio, no está trabajando. Esta es una mujer con múltiples maestrías, que ha liderado muchos proyectos complejos e importantes, y que siempre está aprendiendo. Pero siempre que está trabajando (en el sentido de que alguien la ha contratado para cumplir un rol por fuera de la casa) se muere de la angustia de “abandonarnos” (tengo dos hermanos chiquitos). Entonces, suele aceptar trabajos sólo si tienen horarios flexibles o si los puede hacer desde la casa.
Claramente, mi papá no se muere de la angustia de no estar en la casa todo el día y, aunque es y ha sido un padre muy presente, él no siente que su rol sea cuidar hijos ni ocuparse del trabajo doméstico.
Él, tranquilamente, tiene una carrera muy exitosa y una familia, mientras que mi mamá sufre por mantener las dos cosas, y siente culpa cuando no logra encontrar un equilibrio.
Estos roles se han evidenciado aún más durante la cuarentena. Aunque en términos prácticos mi mamá sí tiene más tiempo para cocinar, limpiar y demás, por el hecho que mi papá está afrontando, tal vez, la crisis más difícil de su carrera mientras que ella no tiene obligaciones laborales, no deja de impresionarme lo marcados que se han vuelto los roles de género en esta cuarentena.
*Nota de No es NoRmal:
Abrimos este espacio para escucharnos. Hace unas semanas, lanzamos una convocatoria de libre participación, temática y formato en redes sociales que tiene como propósito crear un espacio seguro y diverso en el que podamos compartir las reflexiones y los sentimientos que ha suscitado la pandemia y el confinamiento en el que nos encontramos.
Como colectiva feminista, reconocemos que son tiempos difíciles que han hecho visibles tipos de desigualdad, violencia y opresión que estaban presentes desde antes. Consideramos, por tanto, indispensable preguntarnos por nuestra labor comunitaria y por las formas de cuidado y acompañamiento que vienen con esta. Leer y ver los pensamientos y procesos de creación de otrxs nos puede recordar que no estamos solxs. Así, este espacio se plantea como una posibilidad tejer redes mediante la escucha y el cuidado colectivo.