Textos del curso de Arte y Cine (2016-I) sobre Gente de bien (2015) de Franco Lolli. ¡Oiga, mire a ver si intenta esto! De hecho las convicciones políticas, sus valoraciones morales, sus ideologías son hoy por hoy casi un despropósito. No pido que se concientice acerca de cómo debería llevar a la práctica sus convicciones, […]
Textos del curso de Arte y Cine (2016-I) sobre Gente de bien (2015) de Franco Lolli.
¡Oiga, mire a ver si intenta esto!
De hecho las convicciones políticas, sus valoraciones morales, sus ideologías son hoy por hoy casi un despropósito. No pido que se concientice acerca de cómo debería llevar a la práctica sus convicciones, que estoy seguro, están intencionadas por un principio bondadoso, ¿no? Acaso, ¿no creemos que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe?,o que, por el contrario,¿la esencia humana es la maldad y que es la sociedad la que se encarga de corregirla?
Mire, ya nada de eso sirve. No, no son verdad las pretensiones románticas de los progresistas que aseguran que la bondad se halla en los pobres, en la miseria, que los ricos son los auténticos corruptores que dividen y explotan con malicia a las clases sociales bajas. Y por ningún motivo creo que estos valores en realidad se apliquen a la inversa. Si por tantos millones de años la humanidad nunca ha tenido un verdadero periodo de armonía y comunión, es tal vez porque desde siempre se ha tenido esta visión binaria, una dicotomía simple y sesgada.
Propongo que alejemos de la práctica los conceptos de rico y pobre, malo y bueno, devoto e impío, negro y blanco. Tal vez así deje de creer que es pobre aunque viva en una pieza en el centro de Bogotá con su padre o que deje de creer que es rico porque puede quejarse de lo molesto que es viajar en primera clase a otro continente. Quizá si deja de ver el mundo así, estos conceptos dejarán de tener importancia, mueran. Mire a ver si desde entonces deja de creer que en la Universidad de los Andes, por ser la más cara del país, solo estudia gente de bien, no como en el SENA donde el panorama es el opuesto. Ni siquiera eso de “bien” tendrá sentido para usted, solo vera gente, nada más. Mírelo de este modo: podrá liberarse del compromiso que implica la dicotomía, ya no estará obligado a ser el gerente de la empresa de su papá, puede cultivar papa en el Sumapaz si se le antoja, podrá amar tanto a su perra criolla como a su finca privada con piscina climatizada.