«En otros medios no puedes desaparecer tres meses para tener una historia»

Conversamos con Adriana Gallardo nos contó qué significa ser una engagement reporter a través del proceso periodístico de ‘Lost Mothers’, la serie de ProPublica y NPR finalista del Pulitzer de Reportaje Explicativo.

por

Juan Sebastián Lozada

@sebastianlozada

Periodista y psicólogo


31.08.2018

Cada año mueren entre 700 y 900 mujeres en Estados Unidos por causas relacionadas con complicaciones en el embarazo y en etapa posnatal. Ese país tiene la peor tasa de mortalidad materna del primer mundo, pero aún con las cifras los casos pasan desapercibidos. No se conocen las historias ni figuran causas en los obituarios. Tampoco hay cifras oficiales de Estado.

En 2017, los medios estadounidenses NPR y ProPublica lanzaron ‘Lost Mothers, una investigación que recopiló los casos de mujeres que permanecían anónimas en los datos de los centros de salud. La información la recogieron por medio de un método llamado engagement reporter, en el que por medio de búsquedas de obituarios, formularios web y equipos estudiantiles de investigación, consiguieron vincular a la comunidad para darle un rostro a un problema urgente. Conversamos con Adriana Gallardo, parte del equipo de ‘Lost Mothers’, sobre su rol como engagement reporter, los retos de trabajar tan de cerca con los protagonistas y sobre la paciencia de los medios.

Lo más importante en ProPublica es que tomamos muchísimo tiempo con una historia. Esa es la diferencia: tenemos paciencia con las historias.

‘Lost Mothers’ es una serie que muestra cómo Estados Unidos es el país desarrollado que tiene las tasas más altas de muerte materna. ¿Cuál fue tu rol allí, y qué significa ser engagement reporter en ProPublica?

Mi trabajo era encontrar maneras no tradicionales de reportar para contestar preguntas transversales a la serie. Teníamos la idea de crear una comunidad de mujeres que casi murieron durante el parto en los Estados Unidos. Cada año 800 mujeres mueren en los Estados Unidos por complicaciones en el embarazo. Por cada muerte, otras cien casi mueren. Allí nace la idea de crear un formulario de tres opciones: ‘casi muero’, ‘conozco a alguien que casi muere’, ‘conozco a alguien que murió’. Así empezamos a recoger los datos.

¿Cuál es la mayor diferencia entre un reportero tradicional y un engagement reporter en este caso? ¿Cómo trabajaron?

Nina Martin, que colaboró en la serie, es lo que llamamos reportera tradicional, pero nuestro trabajo fue muy parecido. Visitamos personalmente mujeres que respondieron el llamado. La experiencia es difícil en estos casos. No puedes sentarte y ponerte a llorar porque estás triste, ellas están más tristes, y las familias que perdieron a sus esposas y sus madres están mucho más tristes.

¿Cuáles son las herramientas que utilizan para obtener la información?

ProPublica usa Screendoor para recoger la información, es similar a Google Forms pero tiene más protecciones de seguridad. Lo más importante es cómo organizas la información. Yo no podía leer dos mil entradas en tres días, pero el formulario filtra las cosas que necesites analizar, por ejemplo, cuando yo quería ver casos de preeclampsia usaba ese filtro. Lo más importante en ProPublica es que tomamos muchísimo tiempo con una historia. Esa es la diferencia: tenemos paciencia con las historias.

Dirías que lo que diferencia a ProPublica de tantos medios latinoamericanos es la falta de paciencia para los proyectos.

Sí, pero también la libertad de no producir a diario. Entiendo que en otros medios no puedas desaparecer tres meses para tener una historia, pero nosotros lo hacemos a menudo.

El producto periodístico busca que las instituciones solucionen casos como este.

No pensamos en los millones de hits, el framework de acá es accountability. No es la forma más sexy para venderlo, pero nos ha funcionado. Tratamos de generar un cambio. La meta es llegar a la gente que está en el centro de la investigación, que está lidiando con el gobierno, la policía o quienes sea que les estén causando daño.

¿Cómo construir una comunidad para el reportaje?

Mantenemos la conversación inicial vía email o por teléfono, algunas me presentaban otras fuentes que eran parte de su historia. El caso más extremo era ir hasta su casa para conocer a sus hijos, a su mamá, y tener acceso a sus documentos médicos. También investigamos cuáles son las comunidades digitales que hablan sobre ello. Cubrimos desde fotógrafos de bebés hasta asociaciones de amamantamiento y justicia reproductiva.

Son historias dolorosas, la comunidad que construyes espera mucho de ti.

Lo único que prometemos es la esperanza de que esto puede prevenir un daño en el futuro. Ninguno de nuestros reportajes va a devolverle la vida a alguien. Las mujeres que casi mueren a causa de esto viven con consecuencias por el resto de sus vidas.

Visitas la casa de las madres o sus familiares y escuchas de primera mano su historia, ese es un terreno muy personal.

A todas ellas les prometimos actualizaciones cada dos meses incluso si no publicamos, eso crea un sentido de comunidad. Una de las madres nos ha pedido un libro con todos los artículos de su hija, lo estamos haciendo como recuerdo para su nieta. El primer aniversario de la muerte de su hija Nina, mi compañera, le mandó flores, ¿sabes? No somos completamente indiferentes, pero no podemos pasar la línea de amistad con las fuentes.

Le dije al editor que me disgustaba recibir los premios, muchas mujeres murieron y muchas familias siguen con estos problemas. Luego vas a las cenas elegantes y tienes reconocimiento.

¿Eres mamá?

¡No! También eso fue difícil. Algún momento dije: “¡Necesito tener un bebé para poder entender lo que les pasa y lo que me están explicando!”. No tengo tiempo para eso. Leí y ví todo lo que pude sobre maternidad para entender.

Y después de todo tienes en manos un reportaje que valió un premio Goldsmith de Periodismo Investigativo, y finalista en los Pulitzer.

Le dije al editor que me disgustaba recibir los premios, muchas mujeres murieron y muchas familias siguen con estos problemas. Luego vas a las cenas elegantes y tienes reconocimiento. Es parte del juego. Cuando el periodismo es bueno te premian, pero ese periodismo siempre es sobre cosas horribles, se siente incómodo. Es todo gracias a quienes nos han dado acceso a su vida.  

Después de esta investigación en el rol de engagement, ¿te sientes más motivada o sientes que debes tomar un respiro antes de continuar? No me atrae la idea de reportar cosas más leves, así que me siento más motivada. Existe engagement barato, en el que los newsroom incluyen a la audiencia y le preguntan cosas, pero no basta con eso. La mejor manera de hacerlo es usarlo para tener conversaciones difíciles sobre problemas que a veces son absurdos.

¿Algun ejemplo de engagement barato y otro de uno bien hecho? Bueno, pero no puedo decirte nombres. Existe un programa en donde la audiencia pregunta al newsroom y ellos escogen qué contestar. Eso es bueno, pero la curiosidad sin más no te lleva tan lejos. No estoy diciendo que esté mal, solo digo que no es lo que yo haría.

*Juan Sebastián Lozada (Bogotá, 1993) es psicólogo y periodista de la Universidad Javeriana. Escribe para Semana Rural, Al Garete y Directo Bogotá.

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