Desde los inicios del estallido, Las Raras cuenta en primera persona y en tiempo real el proceso social y político de los últimos años en Chile. De norte a sur, la serie documenta el paisaje sonoro de un país en transición. El Rechazo a la propuesta de la nueva Constitución cierra este ciclo. Con honestidad, sin eludir el desconcierto, Las Raras se declara en reflexión mientras sostiene la apuesta por la belleza, la empatía y la libertad.
Ha sido difícil para Las Raras terminar el episodio sobre la derrota estrepitosa de la propuesta de nueva Constitución que escribió la Convención Constitucional. Lo titulamos El país que soñamos. Creemos que ese nombre funciona en pasado, pero también en presente.
Desde el estallido social empezamos a registrar este proceso a tiempo real y en primera persona. Salimos a la calle y escuchamos a quienes protestaban exigiendo justicia y dignidad. Escapamos de los gases lacrimógenos y nos pusimos antiparras para proteger nuestros ojos de los balines que disparaba Carabineros. Estuvimos afuera de la clínica donde estuvo Gustavo Gatica después de perder sus ojos y por primera vez en nuestra vida grabamos llorando. Teníamos la convicción visceral de que era nuestro deber registrar y contar lo que estaba pasando. Era un momento histórico. La historia de libertad de nuestro país.
También estuvimos en las asambleas territoriales que se organizaron en plazas, parques, juntas de vecinos, universidades y centros sociales, donde se discutía el nuevo país que queríamos construir. Vimos y grabamos, en vivo y en directo, el momento en que se levantó la demanda por cambiar la Constitución de la dictadura. Cubrir ese reencuentro ciudadano ha sido una de las cosas más emocionantes que hemos vivido. Estábamos totalmente atravesados por este proceso. Nunca pensamos siquiera en cubrirlo desde la distancia de la tercera persona.
El día del plebiscito en que se aprobó cambiar la Constitución, nosotros hicimos un registro de nuestra experiencia. Sabíamos que nos iban a escuchar en toda Latinoamérica, Estados Unidos y España y queríamos compartirla. Salimos a votar con nuestros equipos de grabación y registramos el ambiente, la espera, la emoción, al mismo tiempo que conversamos con un especialista para entender la importancia de lo que estaba pasando. Cuando nos tocó votar también grabamos. Y así llevamos a nuestra audiencia dentro de la caseta de votación con nosotros. No se puede poner más íntimo que eso. Para cerrar ese episodio celebramos en las calles el triunfo del Apruebo con un 80%.
Cuando se eligió a los miembros de la Convención Constitucional y resultó ser un grupo mucho más diverso de lo que esperábamos, nos fuimos al norte y al sur a conocer a algunos de ellos en sus territorios y a registrar sus paisajes sonoros. Seguimos el trabajo de la convención de cerca durante todo el año. Nos emocionamos, aplaudimos, nos escandalizamos y rabiamos. Pero sobre todo nos permitimos confiar en este grupo elegido democráticamente por millones de personas que reclamaban el derecho de hacer un nuevo pacto para vivir más felices.
Sabíamos que pasara lo que pasara, con el plebiscito de salida nosotros cerraríamos esta serie sobre el proceso social y político de los últimos años en Chile. Aunque las encuestas pronosticaban un triunfo del rechazo, ese resultado no parecía tan claro. Las encuestas se habían equivocado antes. Y la propuesta de nueva Constitución nos parecía un avance increíble, sobre todo en relación a la protección del medio ambiente, su perspectiva de género, el reconocimiento de los pueblos originarios, los derechos sociales, la descentralización y la participación ciudadana. Esperábamos un desenlace apretado y nos preparamos para las dos posibilidades.
El resultado nos dejó sin palabras, lo que es especialmente complicado cuando tienes que publicar un podcast. Aquí dejamos nuestro cierre y nos declaramos en reflexión. Como documentalistas no fuimos capaces de ver a esa gran mayoría que rechazó. Todavía no somos capaces de entenderla. Y durante todo este proceso nos expusimos con brutal honestidad. Pero aquí estamos, apostando por la belleza, la libertad y la empatía, como siempre.