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Se vende arroba, el caso de la cuenta @EquipoPazGob

En la era de las redes sociales, las cuentas oficiales de los gobiernos y de los personajes públicos se convierten en archivos de decisiones y sucesos políticos claves para construir la Historia, con mayúscula. Pero, a juzgar por la desaparición y reaparición de los contenidos de @EquipoPazGob, a pocos le importa preservarlo. ¿Qué dice este caso de este gobierno y de la relación entre la historia y la tecnología? ¿O de quién es la culpa?

por

Sebastián Payán R.


01.02.2019

Las redes sociales son el nuevo archivo. Es ahí donde vamos dejando regado nuesrro rastro digital: nuestras selfies, nuestros amigos, nuestras sesudas opiniones sobre absolutamente todo, nuestras fotos en familia, nuestro cambio de look. Todo. Pero además, también son archivo de debates públicos de un país.

Piense en la época del Plebiscito en Colombia, en 2016. Si se hiciera un rastreo de todo lo que se dijo, compartió y difundió en las redes sociales, se podría trazar una radiografía del país. En ese momento existió la cuenta de Twitter @EquipoPazGob, creada en el 2015 como parte del proceso del equipo de la Oficina del Alto Comisionado para la paz de llevar novedades sobre la mesa de negociación y empezar el proceso de pedagogía sobre los acuerdos. Era —y es— una cuenta que relata el proceso de paz con las Farc de primera mano, y hecho desde La Habana. Fue una suerte de ventana a un proceso que, en general, se manejó una política de recato y prudencia. Cada trino de @EquipoPazGob era enmarcado dentro de este proceso y ninguna palabra era gratuita. A pesar de la importancia del contenido, el año empezó con esta cuenta en blanco. En enero, muchos de los usuarios denunciaron que los trinos habían sido borrados e incluso el nombre @EquipoPazGob pasó a ser @yoVendoCol.

Por ahora, los únicos que han tratado de explicar qué fue lo que pasó con la cuenta @EquipoPazGob son los geeks de la Fundación Karisma, organización dedicada a apoyar y difundir el buen uso de las tecnologías en los entornos digitales.

La teoría de Karisma en este caso es que como el nuevo Gobierno abandonó la cuenta, que fue robada –o hackeada– para quedarse con los usuarios y luego venderla al mejor postor. El nuevo dueño le cambió el nombre, le borró el contenido pero se quedó con sus seguidores.

Ayer Cuestión Pública reveló, junto con Esteban Ponce de León (un científico de datos), quien por interés propio y en el marco de una investigación que hizo sobre la polarización durante el Plebiscito, creó un código o un bot para rastrear el contenido de esta y otras cuentas de Twitter relacionadas con el proceso de Paz. Con esto, logró archivar 1.883 trinos de la cuenta @EquipoPazGob entre 2015 y 2018. Lo que significa que recopiló los trinos durante la negociación de Paz con las Farc y también con el ELN, porque esta cuenta también fue usada durante el proceso.

Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, dice que esto es una buena noticia, aunque asegura que no será posible saber si el archivo es completo. Los datos se salvaron, pero no gracias a respaldos hechos por el Gobierno ni tampoco a los protocolos de seguridad de estas cuentas, sino gracias a un investigador de Big Data externo. Es, en efecto, una buena noticia, pero queda la duda de qué hubiera pasado si no se hubiera recuperado ese archivo. 

Cuando quedó elegido Iván Duque y empezaba el proceso de transición de Gobierno, Carolina Botero y la Fundación para la Libertad de Prensa hicieron un derecho de petición dirigido al nuevo Gobierno para examinar los protocolos de transición de estas cuentas. Aunque les dijeron que sí había protocolos y que se los iban a entregar, eso nunca pasó.

¿Hackear y vender cuentas en Twitter?

Parte del lío es precisamente cómo funciona Twitter. Las cuentas están identificadas con un nombre que empieza con un arroba. Esos nombres se pueden cambiar, aunque eso no altera el contenido de la cuenta. Por eso, para identificarlas, cada cuenta tiene un número de identificación —una cédula, si se quiere.

Vender una cuenta de Twitter, sin embargo, no es tan fácil como ponerla en Mercado Libre. El año pasado, la revista LifeWire publicó una nota sobre la posibilidad de vender cuentas de Twitter, y lo que mostraron es que Twitter dice tener reglas que impiden estas ventas, pero la realidad es que han hecho excepciones. En 2019 Drew Olanoff le vendió su cuenta al comediante Drew Carrey por veinticinco mil dólares. Twitter permitió la venta porque el dinero invertido por Carrey iba a ser destinado a la caridad.

También existen casos de cuentas que son vendidas a usuarios a través de un mercado negro de redes sociales. ¿El interés? A veces pueden ser razones tan claras como obtener información de esos usuarios, pero a veces pueden ser asuntos que parecen de mentiras. Un ejemplo es el caso de Naomi Hiroshima, a quien intentaron secuestrar su cuenta @N. La razón que dio el secuestrador fue la siguiente: le gustaba la rareza de tener una cuenta con una sola letra. Es el equivalente del coleccionista de muñecos de Star Wars que haría hasta lo imposible por conseguir a un Chewbacca edición limitada. 

Así pues, el robo y la venta de arrobas —más allá de los problemas legales, técnicos o éticos— es algo que sucede y es, muy probablemente, lo que pasó con @EquipoPazGob.

La primera alerta, según un comunicado de Presidencia, fue el 7 de enero de este año, cuando detectaron intentos de acceso no autorizados. Notificaron al Centro Cibernético Policial, y del Equipo de Respuesta de Incidentes del Gobierno (CSIRT), junto con Twitter LATAM, recuperaron el control de la cuenta. El Gobierno no ha sido claro en cuando se recuperó la cuenta, solo sabemos que el comunicado en el que anunciaban esta recuperación es del 25 de enero. El asunto es que el gobierno volvió a tener control de la cuenta, pero ya no tiene ni el contenido ni el nombre original. Como si el enredo no fuera suficiente, en Twitter apareció una nueva cuenta que se define como «Cuenta NO oficial del equipo negociador del Gobierno Nacional de Colombia en la mesa de diálogos por la paz con el Eln en Quito, Ecuador». La cuenta se llama @EquipoPazGob.

Según la teoría de Karisma, en la que alguien aprovechó una cuenta abandonada para quedársela, la culpa también es de este Gobierno. Primero, porque como ha pasado en este y en otros casos que se extienden por América Latina, no hay protocolos de seguridad para proteger estas cuentas y por lo tanto sus contenidos. Y segundo, todo apunta a que realmente no les interesa por el tema del que hablaba esa cuenta.

Los protocolos son fundamentales, sobre todo cuando hay transiciones de Gobiernos. “Protocolos que garanticen que habrá un responsable, que existen respaldos, son un manual de operaciones”, comenta Carolina Botero. Aunque resalta que esto no evitaría que sucedan sucesos como este, permite estar preparados para esos riesgos y tener preparados sistemas para recuperar la información: “El problema es que aquí ni se saben cómo son esos protocolos, ni es responsabilidad de nadie, entonces nos quedamos sin nada”.

Cuando quedó elegido Iván Duque y empezaba el proceso de transición de Gobierno, Carolina Botero y la Fundación para la Libertad de Prensa hicieron un derecho de petición dirigido al nuevo Gobierno para examinar los protocolos de transición de estas cuentas. Aunque les dijeron que sí había protocolos y que se los iban a entregar, eso nunca pasó.

“Esa información debe ser transferida de un Gobierno a otro, debe ser conservada y gestionada correctamente o se pierde”, dice Botero. Eso fue lo que pasó en el caso de la cuenta @EquipoPazGob.

El problema en este caso es doble: las prácticas de seguridad en las cuentas oficiales es del resorte de cada Gobierno pero también es responsabilidad del Estado preservar los contenidos de estas cuentas porque la información es pública, y los ciudadanos tienen derecho a conocerla. Según Botero, esa información se perdió, además de por los problemas de protocolo, porque a este Gobierno no le interesa preservar la información sobre el proceso de paz.

El Gobierno Santos, en cambio, cuidaba esa cuenta como un hijo. Según una fuente del equipo de prensa que pidió reservar su nombre, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos “la cuenta hizo parte de un proyecto que empezó en julio de 2015 cuando dimos la entrevista a medios entre Humberto de La Calle y Juan Gossaín. En la entrevista, De La Calle habló sobre lo que se había hecho desde el 2012 para tratar de responder cuánto tiempo más podría faltar dentro de la negociación». En la entrevista, De La Calle aseguró que “la paciencia de los colombianos se agota, el riesgo es real”. Esta entrevista se dio con la condición de que fuera difundida en medios y que ninguno tuviera exclusividad de contenido. Sobre esto, la fuente del equipo de prensa dice:  “Era el primer paso para visibilizar lo que sucedía en la mesa de negociación y hacer pedagogía sobre el proceso”.

Antes de esto, el equipo de prensa no comunicaba por iniciativa propia. Su política, como lo dijimos,  era de prudencia con la información que se diera desde La Habana. Sin embargo, cuando empezaron a darse pasos concretos en la negociación, y había más certeza sobre los puntos del acuerdo, empezó la iniciativa de visibilizarlo a través de un canal oficial del Gobierno que defendiera la mesa e hiciera pedagogía sobre el proceso acordado.

La cuenta @EquipoPazGob se abrió en 2015 y era manejada solo por una persona, quien, en palabras de la fuente, “pensaba cada palabra de esos trinos. No era un community manager cualquiera, era un periodista veterano que pensaba la frase exacta. Jamás respondimos ni discutimos con otros usuarios, era una herramienta de información y pedagogía”.

No tenían sin embargo protocolos de seguridad porque jamás recibieron una alerta o un caso de hackeo: “Sólo manejamos ese tipo de protección con los computadores en los que eran escritos los borradores del acuerdo de Paz, los cuales estaban desconectados del internet”.

La materia prima del debate público pasa por esos contenidos, y este hecho no puede pasar por debajo del radar

A pesar de todo, esta información importa

Los contenidos emitidos por cuentas oficiales del Gobierno en redes sociales son muy importantes, según Carlos Cortés, fundador del centro de internet y sociedad Linterna Verde, la importancia radica en varias capas: “No es solo lo que se difunde, sino cuándo se difunde, qué tipo de interacciones hay, qué material la acompaña”. Y agrega: “La materia prima del debate público pasa por esos contenidos, y este hecho no puede pasar por debajo del radar”.

Algo similar opina Carolina Botero, quien dice que la falta de atención que le ha dado el Gobierno a este caso habla por sí solo: “En términos prácticos es un indicio más del cambio de Gobierno, la falta de prioridad y sus intereses”. Explica que si esto sucedió, tiene mucho que ver con el abandono en el que se encuentra @EquipoPazGob, un abandono que permitió que sucediera lo que explicaron desde Presidencia como unos “intentos de acceso no autorizados desde el 7 de enero”.

La historia hasta hoy es que los trinos volvieron a aparecer gracias al seguimiento de un investigador de Big Data externo. Esto es una grata sorpresa. Pero volvemos a la pregunta : ¿Y si esto no hubiera pasado?

Hoy, el nombre de Esteban Ponce de León, y su bot, es quedó escrito en la gran historia del Proceso de Paz con las Farc. 

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