Luego de un mes de paro quisimos hacer una compilación de quienes, desde el periodismo, han estado en primera línea: les fotoperiodistas. Recogimos las fotos más emblemáticas, tomadas por los lentes más importantes registrando en diferentes ciudades, que han narrado las realidades del actual Paro Nacional. Aquí una muestra de las imágenes de las manifestaciones, la represión, la violencia y, sobre todo, el impacto social que hemos visto en las calles desde el 28 de abril.
Luego de un mes de paro quisimos hacer una compilación de quienes, desde el periodismo, han estado en primera línea: les fotoperiodistas. Recogimos las fotos más emblemáticas, tomadas por los lentes más importantes registrando en diferentes ciudades, que han narrado las realidades del actual Paro Nacional.
Aquí una muestra de las imágenes de las manifestaciones, la represión, la violencia y, sobre todo, el impacto social que hemos visto en las calles desde el 28 de abril.
Federico Ríos, Bogotá
Un manifestante lanzó de regreso desde el centro de la plaza de Bolivar una granada de humo al mismo policía del ESMAD que la había disparado hacia la multitud para dispersarlos. El policía se convirtió en victima de su propia arma. Es un gran reto fotografiar el Paro Nacional e intentar narrar el país en imágenes que estén a la altura de la situación. Algo que por supuesto se facilita si el trabajo se hace entre diferentes miradas, muchos fotógrafas y fotógrafos abordando desde perspectivas variadas lo que está sucediendo en Colombia. Al final la historia se verá nutrida desde la articulación y el dialogo de imágenes de diferentes autores, distintas perspectivas, y locaciones distantes. Christian Escobar-Mora ha fotografiado en Cali, Miyer Juana en Medellin, Nathalia Angarita y Santiago Mesa en Bogotá, Camilo Erazo en Popayan y Ferley Ospina en Cucuta, Daniela Gomez en Buga y Camilo Rozo se alejó de las calles y de las lineas de fuego para profundizar desde unos sentidos retratos de victimas de violencia que han perdido sus ojos. Hay muchos nombres mas, varios de ellos profesionales de gran trayectoria y a su lado muchos otros jóvenes que sienten la pulsión de documentar. Ahora lo interesante es no tener un fotografo, una sola versión, sino un montón de ojos, de cámaras y de personas reflexionando desde lo visual sobre esta situación, un compendio visual para la historia en el que el autor casi se desvanece y es la suma de miradas la que potencia el tremendo documento visual que se está construyendo sobre el Paro Nacional.
Cindy Muñóz, Cali
Este día escuchamos a los compas de Primera Línea de Calipso (barrios Pondaje y Sindical). Hacer fotos en puntos fuertes es ir más allá del robo de la fotografía, es dialogar con los compas, es preguntarles que desean ustedes contar y compartir, cómo han vivido este paro. Lo primero que nos manifestaron es que ellos no fueron los que se metieron al éxito o dañaron el MIO, que incluso fue la misma comunidad que lo hizo, señores, señoras (sacaban cosas). Ese quizás es la primera estigmatización, lo que justifica que sean asesinados y «los buenos colombianos aplaudan». Nos mostraron los impactos de bala y cómo era de calibres muy profesionales, armas, como las de las oficinas pero estas tenían un nivel más profesional. Nos contaron que el segundo día mataron a 14 y desaparecieron a 8 personas (aunque derechos humanos solo reportó 7). Sólo en una noche 22 vidas que no se volvieron a ver, del Pondaje, el Sindical y Calipso: puntos periféricos, cerca a la casa de mi familia, es una zona que ha estado atravesada por múltiples violencias y es límite entre Cali y el distrito de Aguablanca
¿Aún no se hablan de esas vidas? Aún no se dicen sus nombres, aún no se cuentan sus historias, aunque hacen eventos la asistencia es muy mínima, pero van familias, niños y jóvenes. Allí, mientras pintaban un mural y caía la luz de las 5 PM, era increíble entender por qué nadie está hablando de ese #29a tan triste.
Gerald Bermúdez, Bogotá
Yo estudié en la universidad pública y vi muchas manifestaciones, paros, tropeles desde muy cerca. Luego, como periodista y fotoperiodista, pues empecé a cubrir esas situaciones desde hace más o menos unos 10 años, 11 años, pero nunca había visto unas manifestaciones que empezaron a cobrar visos de levantamiento popular, de estallido popular. Es increíble ver que la gente está organizada a pesar de no ser organizada. Me explico, hay barricadas en donde nadie sabe qué está pasando en las barricadas, pero aún así están firmes.
Es increíble el grado de brutalidad policial cuando uno pensaba que no se podía llegar más allá. Pones la cuota cada vez más alta o baja, pues mi escala de valores depende de la mención alta en cuestión de brutalidad, baja en cuestión de respeto, de derechos. Es un reto. Además, estamos monitoreando colegas, estamos siendo agredidos sistemáticamente. Y esto implica organizarse. Estamos haciendo alianzas con muchísimos otros grupos de ciudadanos, psicólogos, abogados, médicos. Es un reto. Es un reto, pero, pero es algo necesario. Es necesario que las estructuras se sacudan. Es necesario que se den este tipo de situaciones.
Daniela Gómez, Buga
Buga es un municipio pequeño en el centro del departamento del Valle del Cauca. Es famoso por la Basílica del Señor de los Milagros, a la que acuden peregrinos de todo el mundo. Las protestas aquí siempre han sido pacíficas, sin embargo, la intervención innecesaria del ESMAD en zonas residenciales ha afectado la tranquilidad y la integridad tanto de los manifestantes como de los demás ciudadanos; esta fotografía refleja entre otras cosas la desigualdad.
Diego Cuevas, Bogotá
Un mes de muchas noches de insomnio, no solo por el trabajo que conlleva editar las fotos de la jornada sino por la impotencia que genera el aire represivo que se está viviendo en las calles, carreteras y plazas del país. Es inevitable ver en las redes tanto dolor que están viviendo tantas personas en Primera Línea, resistiendo y enfrentándose a un miedo el cual hay que encarar al momento de salir. Para estar con los de Primera Línea me he visto en la necesidad de reforzar la protección para mitigar lo más posible los riesgos de salir; sin embargo, los estigmas al trabajo de los fotógrafos, que se han intensificado sobre todo con la desinformación y la fuerte influencia de los medios más grandes del país, ha hecho que la labor se haga aún más compleja, que la policía nos ataque o que el mismo pueblo deje de confiar en toda persona que lleve una cámara o esté documentando. También ha hecho reflexionar sobre la gran responsabilidad de documentar, de saber con más agilidad en qué momento disparar el obturador y en qué momento no, o a dónde apuntar la cámara, con la mayor neutralidad posible pero también luchando contra esa desinformación que tanto puede influir en la coyuntura actual porque a pesar de tomar un rol como reportero también soy ciudadano del pueblo y a todos de alguna manera nos afecta esto.
Me da esperanza que a pesar de las marcadas diferencias que aún existen, los jóvenes sobre todo seguimos uniéndonos a este momento histórico. Espero dejemos de lado los odios por ideologías y fanatismos y sigamos un mismo rumbo más justo para todos sin que se siga derramando sangre.
Lorena Velasco, Popayán
Soy Caucana y me siento comprometida con la visión de paz de las comunidades, he trabajado con ellas durante muchos años, caminando sus montañas, alimentando no solo el cuerpo sino el espíritu con su medicina y soñando bajo el abrigo de sus casas con un país justo. La minga está en casa cuando hablamos del Cauca. El Paro Nacional ha movilizado a miles de indígenas Misak a la ciudad de Popayán y son ellos símbolo de la lucha de los pueblos originarios por la defensa de sus derechos. A través de manifestaciones artísticas acompañan a los marchantes e invitan a reivindicar sus raíces, a la unión nacional e inspiran la lucha por la justicia y la conservación de la tierra y las tradiciones.
Luisa González, Bogotá
Durante el paro del 2021, luego de un año de pandemia, los colombianos han salido masivamente a las calles a protestar perdiéndole el miedo al Coronavirus. Hemos podido presenciar un estallido social sin igual, que antes no había tenido tanta duración y relevancia internacional. El inconformismo de la sociedad luego de la crisis económica que ha dejado el COVID-19, más los problemas sociales de vieja data en el país, trajeron como consecuencia una movilización masiva en las calles, sobre todo de las nuevas generaciones que quieren un cambio urgente.
Santiago Botero, Pereira
La Colombia atemorizada pero valiente. Esta fotografía se me presentó el día 29 de abril, en el segundo día de protestas. Un joven angustiado toma refugio en la patria para resguardarse de los gases lacrimógenos y esconderse del paso de la tanqueta antidisturbios del ESMAD, que pasaba por el viaducto de Pereira.
Mateo Rueda, Bogotá
Se cumple un mes de paro, un mes de estar en las calles. Aunque todo pareciese tener un final oscuro y tétrico, estamos aprendiendo a escucharnos, entendernos y sobretodo, unirnos para ese proyecto de país justo que queremos.
Se vale soñar con el desmonte total del ESMAD, con un ministro de defensa que escucha y renuncia, con un presidente que admita que la embarro monumentalmente.
Seguiremos en las calles, marchando y retratando. Respeto maximo para los colegas que han estado constantemente en las primeras líneas retratando lo que haya sucede. ¡Mi admiración para ustedes!