Los siguientes datos son “hechos y cifras” de la Portada que hizo la ONU sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer:
- El 35% de las mujeres y las niñas sufren alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas. En algunos países esta cifra asciende al 70%
- Se calcula que 133 millones de niñas y mujeres han sufrido alguna forma de mutilación/ablación genital en los 29 países de África y Oriente Medio donde esta práctica perniciosa es más frecuente.
- En el mundo, en la actualidad, más de 700 millones de mujeres se casaron cuando eran niñas, de las cuales 250 millones eran menores de 15 años. Las niñas que contraen matrimonio antes de cumplir los 18 tienen menos probabilidades de terminar su educación y más de sufrir violencia doméstica y complicaciones en el parto.
- Las consecuencias de la violencia de género perduran generaciones.*
Además:
- La violencia contra la mujer afecta e impide el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/SIDA y la paz y la seguridad.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nació a partir del asesinato de Las Mariposas el 25 de noviembre de 1960. La anécdota es más o menos así:
Durante la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana, las tres hermanas Mirabal (Las Mariposas) fueron brutalmente asesinadas en un cañaveral pocos días después de haber sido liberadas misteriosamente de la cárcel. Las hermanas Mirabal eran conocidas como Las Mariposas dentro del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, principal opocisión militante y que abiertamente buscaba derrocar el Trujillato para establecer una nueva constitución en el país.
El 25 de noviembre busca conmemorar la impactante violencia y control que el patriarcado tiene sobre la mujer.
Sin embargo, según Adela Mirabal Reyes, la cuarta hermana de la familia (quien no participaba activamente contra la dictadura), insistió en que el asesinato de sus hermanas se signó más de diez años antes del ataque en el cañaveral. Un 13 de octubre de 1949, el dictador se enojó porque las hermanas no accedieron pacíficamente a que él pudiera tener sexo con alguna de ellas. Y Trujillo era un político que, ante todo, obtenía a la mujer que él quería. A partir de ahí, Adela Mirabal afirma que la persecusión política a su familia fue imparable.
En otras palabras, el 25 de noviembre busca conmemorar la impactante violencia y control que el patriarcado tiene sobre la mujer. Por esto, la Resolución de la ONU que oficializó este día internacional “organizar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la violencia contra la mujer”. Las cifras que provee la ONU hacen referencia a la perpetuación de la violencia en la mujer y el constante sufrimiento que esto genera para el género femenino. El sufrimiento. Esa es la palabra clave del 25 de noviembre. Sufrimiento. Y opinión pública.
Teniendo eso en cuenta, la campaña de sensibilización esencialmente debería estar dirigida a los dos géneros “principales”, si queremos limitarnos a eso. La opinión pública somos todos los géneros. Si el 25 de noviembre está basado en la historia del represor y el reprimido, del comandante y el disidente, entonces el día debería estar conmemorando la erradicación de esa relación de a dos: de hombre dominante y mujer subyugada. No sé si deberían estar empoderarando a un género, sino igualando a ambos. Y aunque ese último verbo, igualar, es frecuente en el discurso del 25 de noviembre, no es lo que muestran las intenciones de los intentos de sensibilización mundiales.
Los días para las mujeres, incluso en el calendario, parecen querer recordar que el género pelea para llegar al lugar privilegiado del hombre. No para igualar ambos géneros. En otras palabras: “Nosotros ya estamos bien parados. Ustedes, chicas, lléguense”.
Miremos no más el término más popular con el que nos referimos al 25 de noviembre: es una fecha mejor conocida como una jornada “contra la violencia de la mujer” o “contra la violencia de género”. Así, se lo está llamando mal: estar “en contra” no implica estar comprometido “con la eliminación” de algo. Desde ya, la tergiversación del nombre de la fecha muestra un problema de percepción: “estoy en contra de la violencia, pero no busco activamente eliminarla”.
Eso no es el único.
Otro ejemplo muy claro es la falta de promoción general del pasado 18 de noviembre, Día Internacional del Hombre. Sí, así es: aunque las mujeres por lo menos hemos obtenido un día o dos al año para llorar nuestra historia, el hombre también tiene uno internacionalmente reconocido para conconmemorar su salud y rol social. Este día, propuesto por el Comité Internacional del Hombre en Trinidad y Tobago, busca:
- Promover modelos masculinos positivos, no sólo las estrellas de cine y deportistas, pero todos los días, hombres de la clase de trabajo que están viviendo una vida decente y honesta.
- (…) celebrar las contribuciones de los hombres positiva a la sociedad, comunidad, familia, matrimonio, cuidado de niños, y para el medio ambiente.
- Centrar la atención en la salud y el bienestar de los hombres; social, emocional, físico y espiritual.
- Poner de relieve la discriminación contra los hombres, en las áreas de servicios sociales, las actitudes y expectativas sociales, y la ley.
- Mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género.
- (…) crear un mundo mejor, más seguro, donde la gente puede estar seguro y crecer para alcanzar su máximo potencial.*
Un momento: ¿»Poner de relieve la discriminación contra los hombres”?; ¿»Promover la igualdad de género”?; ¿»Promover modelos masculinos no deportistas, de vida decente y honesta”? ¿No suena a un hombre ideal?
Quizás sí. Suena a un ser humano ideal, si todos creemos en la igualdad del género humano. De todos modos, la recepción del 18 de noviembre fue abiertamente patética en las redes sociales. Aunque es un día reconocido por la UNESCO y “celebrado” en varios países, la mayoría lo toman como una broma. Y con mucha razón: ¿por qué alguien tan privilegiado como el hombre, además, tiene un día en el calendario internacional?
Alto: resulta que así como hay un Día del Hombre también hay un propio Día de la Mujer, que es el 8 de marzo, distinto al del 25 de noviembre. Listo: ¡El calendario quedó a mano! Pues sí, pero no. Realmente, el Día Internacional de la Mujer no se diferencia mucho de su hermano de noviembre: el 8 de marzo pretende recordar al mundo “la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”; el 25 de noviembre los hechos que hay detrás de esa lucha por la igualdad. Uno parecería consecuencia del otro.
El Día Internacional del Hombre, a pesar de buscar promover modelos masculinos positivos más allá de deportistas, está relacionado mayormente con algo tan masculino como “un récord futbolístico no de un padre santo sino de un futbolista de nombre Edson Arantes do Nascimento -o para sus amigos, «O Rey» Pelé-, quien un 19 de noviembre de 1969 anotó su gol mil”. Y eso lo dice el Ministerio de Educación de la República de Colombia.
Con esta información en mente, pienso varias cosas:
- Las razones detrás de estos días internacionales no buscan igualar los dos géneros: me atrevo a decir que buscan redimir una culpa histórica sin tener que dejar de generar culpables para el futuro.
- Estos días promueven géneros intactos, modelos de sujetos luchadoras que, aunque pelean por sus derechos, no pretenden estar relacionados en una lucha común, una lucha humana. La mujer siempre va a luchar contra el hombre, y el hombre es aquél ser que se sienta a ver fútbol sin siquiera a mirar cómo lucha la mujer para tener la misma butaca que él. Trujillo mirando desde el trono a las hermanas impotentes. No hay opinión pública de género: los humanos se dividen en esos dos términos.
- Las propuestas del Día Internacional del Hombre son tan claras como debería ser su celebración y aplicación de esos ideales. Los días que corresponden a las mujeres resaltan el sufrimiento y la necesidad de erradicar ese sufrimiento, sobretodo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Sin embargo, esa erradicación no está de ninguna forma anclada a la educación del hombre en su rol social, como supuestamente propone el 18 de noviembre. No hablan de lo que vendría después: de la igualdad de género, de la lucha como género humano.
Lo único que aseguro es que, a pesar de compartir el noviembre, los dos días están muy separados el uno del otro.
*Citas textuales, exceptuando los puntos suspensivos.