Se acabaron las elecciones regionales y nos quedamos con algunas sorpresas.
Claudia López ganó en Bogotá con la votación más alta de la historia, contrario a lo que dijeron las principales encuestas. La sorpresa, sin embargo, para Miguel García, director del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, fue la derrota de Miguel Uribe Turbay, el candidato del continuismo. “Creo que es la cuenta de cobro a la arrogancia de Enrique Peñalosa. Es un llamado a la atención a eso de hacer política de espaldas a la ciudadanía”, dice.
Daniel Quintero fue el palo en Medellín que derrotó al candidato del corazón del uribismo. “La derrota del Centro Democrático en Antioquia, con Gobernación y Alcaldía, es también síntoma de algo”, dice Felipe Botero, director de Congreso Visible. García agrega que aunque es claro que el uribismo se replegó en las principales ciudades, todavía falta ver sus resultados en el resto del país.
Y en Cali repetirá el ex alcalde y ex senador Jorge Iván Ospina, a pesar de las investigaciones por posibles hechos de corrupción que abrió la Fiscalía a menos de un mes de las elecciones.
Hubo otros resultados interesantes y quizá menos evidentes.
Los medios cubrieron pero no innovaron
“Los medios hicieron debates e informaron como nunca, pero no se dieron cuenta que cambió el storytelling tanto de la política como del periodismo”, dice el académico y crítico de televisión, Omar Rincón.
En efecto, estas fueron unas elecciones bastante cubiertas. Los medios nacionales se aliaron para hacer debates no sólo en Bogotá sino en varias regiones, se esforzaron por perfilar a los principales candidatos y sus propuestas. Sin embargo, para Rincón, los medios insisten en formatos del siglo pasado como los debates, los programas sensacionalistas: “Eso ya no sirve: hoy en día los candidatos se mueven más con un storytelling de celebridad, de conexión con causas sociales, y no con grandes programas”. Para él, no se terminaron de contar las historias que proponían los mismos candidatos: Claudia como la mujer hija de la Bogotá humilde, Galán el redentor, Quintero, en Medellín, y su lucha contra la corrupción y la burocracia clásica de la ciudad: “Los periodistas ya no pueden cubrirlos como estadistas, los tienen que cubrir en esa ola de farándula como con Macri y Bolsonaro, que no tienen storytelling de estadistas sino storytelling de celebrities. Eso nos propone un cubrimiento desde el espectáculo, desde lo pop, desde lo popular”, dice.
Cubrir elecciones, sin embargo, sigue siendo un riesgo en Colombia. La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) registró al menos 10 casos de obstrucciones al trabajo periodístico. Para Jonathan Bock, director encargado de la Flip, el asunto resulta preocupante no solo por el alto número de casos, sino porque “en la mayoría, los censores fueron representantes del Estado: funcionarios de la Registraduría o policías que desconociendo los derechos que tienen los periodistas para el cubrimiento de las elecciones los obligaron a salir de los puestos de votación”.
Las Farc ganaron poco y en cuerpo ajeno
Estas eran unas elecciones claves para el recién nacido partido Farc y les fue mal. No ganaron ninguna de las 16 alcaldías donde participaron con candidatos propios ni curules en las ciudades donde llevaron lista al Concejo aunque sí lograron algunas curules en las Juntas Administradoras Locales en la capital. “Es una mala noticia para la exguerrilla: se les acorta el tiempo para armar una base política a punta de votos y el partido sólo tiene personería jurídica hasta el 2026”, dice Juanita Vélez, editora de La Silla Sur que cubre las movidas políticas de la Farc. Aunque, agrega, falta revisar con detalle cómo les fue en municipios priorizados para la implementación del Proceso de Paz.
Ganaron, sin embargo, con algunos candidatos cercanos pero de otros partidos. Quizá la mejor noticia es que Guillermo Torres, conocido como Julian Conrado, ‘el cantante de las Farc’, ganó la Alcaldía de Turbaco, en Bolívar, aunque respaldado por la Colombia Humana de Gustavo Petro. Y en Bogotá, Heidy Sánchez, candidata en la lista de la Colombia Humana- UP, se quedó con una curul en el Concejo de Bogotá. Ella viene de militar en el Partido Comunista Colombiano, la Juventud Comunista y la Unión Patriótica en Bogotá y nunca ha militado en Farc ni ha estado vinculada a la organización armada, aunque su triunfo fue celebrado por algunos de sus líderes.
También ganaron en coalición la Alcaldía de Guapi, en la costa pacífica caucana, con Marino Grueso. Ese triunfo es particularmente interesante por tres cosas: Grueso había sido candidato en 2015 y fue capturado dos meses antes de las elecciones por supuestamente pertenecer al frente 29 de las Farc y participar en la emboscada en la isla de Gorgona en pleno proceso de paz, cargos que la justicia finalmente no pudo comprobar. Además, es hermano de un líder social asesinado en 2018, Jesus Orlando Grueso, que lideraba el proceso de sustitución de cultivos en el municipio. Y su triunfo es una derrota a los políticos tradicionales de Guapi que se habían unido en torno a un candidato, como le contó a Cerosetenta Orlando Pantoja, líder de los Consejos Comunitarios del pacífico caucano.
Otro candidato cercano a la Farc, pero con un proceso judicial suspendido, es el médico Edgardo Figueroa, avalado por ASI y ganó la alcaldía en Puerto Caicedo, Putumayo.
Hubo cambios en municipios con candidatos asesinados
Estas elecciones fueron muy violentas. Según el último informe de la Misión de Observación Electoral, entre el 27 de julio de 2019 y 21 de octubre de 2019, siete candidatos fueron asesinados, tres de los cuales aspiraban a Alcaldías: Karina García en Suárez, Cauca por el Partido Liberal; Orley García, candidato a la alcaldía de Toledo, Antioquia por el Centro Democrático; y Bernardo Betancourt, candidato a la Alcaldía de Tibú, Norte de Santander, por el Partido Conservador. En dos de esos tres municipios hubo resultados sorprendentes. En Tibú ganó el candidato asesinado, que será reemplazado por su esposa, Corina Durán. Y en Suárez, que fue noticia nacional por la brutalidad con la que disidencias de las Farc atacaron el carro de la candidata, donde murieron otras seis personas incluyendo dos lideresas sociales, aumentó el porcentaje de personas que salieron a votar en 10 puntos (de 49,53 por ciento del censo hace cuatro años, a 59,51 por ciento este año).
**[*N. de la E: después de publicar esta historia corregimos un error en el segundo aparte donde confundimos a Heidy Sánchez con Carolina Tejada y agregamos que Heidy nunca ha hecho parte de Farc pero su triunfo fue celebrado por miembros de ese partido. Ofrecemos excusas por ese error.]