La primera entrega de esta serie sobre congresistas que preparan candidaturas presidenciales para el 2018 tiene a Jorge Enrique Robledo como protagonista. El siempre veedor del Congreso, se aventura a intentar ponerse en el papel de los gobernantes a quienes pide cuentas. Su foco, que para algunos resulta fortaleza y para otros debilidad, es claro: el control político.
Esta semana, Jorge Enrique Robledo citó dos ruedas de prensa para hacer revelaciones sobre los nexos del Fiscal Néstor Humberto Martínez con empresas que hoy protagonizan el escándalo de corrupción de Odebrecht. Ya van cinco ocasiones en las que ha convocado a los medios para decir, de diferentes maneras y con diversos indicios, que el Fiscal debe declararse impedido en las investigaciones de los sobornos con los que la constructora brasileña se hizo a millonarios contratos viales con el Estado. Esta semana ilustra con bastante claridad la manera en que Robledo trabaja en el senado: su foco es el control político.
Mientras otros senadores de partidos con más curules en el congreso se dedican a impulsar proyectos de ley, Robledo se concentra en hacer citaciones. “Como nosotros no estamos de acuerdo con la mayoría de políticas [del Gobierno] nos especializamos en el ejercicio del control político, en sentarnos a analizar cómo funcionan para explicárselas a la población y decirle cómo la afectan de manera negativa”, explica Juan Pablo Fernández, miembro de la unidad de trabajo legislativo (UTL) de Jorge Robledo.
Eso se traduce en las 52 citaciones que Robledo ha hecho en lo que va del cuatrienio (2014-2018) para discutir sobre diferentes políticas públicas del gobierno de Juan Manuel Santos. Más de la mitad se han concentrado en minería, economía y agricultura, temas propios de la comisión quinta a la que pertenece Robledo. Todo el esfuerzo en control político significa también que el equipo de Robledo promueve menos proyectos de ley que el de otros senadores. De los 18 proyectos en los que Robledo ha figurado como coautor en estos tres años, sólo uno se ha convertido en ley y fue el del homenaje a Carlos Gaviria.
Yo no me voy a poner en la idiotez de presentar proyectos de ley porque los hunden en cinco minutos
El propio Senador lo ha explicado abiertamente. En entrevista para Blu Radio dijo: “todos sabemos que quienes definen en el Congreso son las mayorías. Yo no me voy a poner en la idiotez o en la demagogia de presentar proyectos de ley excelentes porque es obvio que en el Congreso, si es un buen proyecto, lo hunden en cinco minutos”. Robledo dice que prefiere utilizar sus recursos para criticar medidas del Gobierno, llamar funcionarios del Ejecutivo a rendiciones de cuentas y hacer el control que es, junto con la actividad legislativa, la función central del Congreso.
Con la estrategia clara, Robledo ha logrado figurar como una de las voces más respetadas en varios de los debates más importantes. Ha sido visible como crítico del gobierno en temas como los sobrecostos de Reficar y la venta de Isagén. y a raíz de esta última, promovió una moción de censura que bien pudo haber terminado en la remoción del ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
Un ejemplo más cercano en el tiempo es el de la consulta del pasado 26 de marzo en la que los habitantes de Cajamarca, Tolima, rechazaron la exploración que la minera sudafricana AngloGold Ashanti estaba haciendo en busca de oro. Hace ocho años, junto al exsenador liberal Mauricio Jaramillo, Robledo citó uno de los primeros debates sobre el impacto de la explotación del proyecto La Colosa. Estos esfuerzos de control político han sido reconocidos por los líderes de opinión. En una encuesta de Cifras y Conceptos del 2016, escogieron a Robledo como el mejor senador por quinta vez consecutiva.
¿Cómo funciona el equipo de Robledo para lograr visibilidad en estos debates de control polítio? “Nuestro trabajo político está determinado por las realidades que nos impone el Gobierno nacional”, explica Juan Pablo Fernández. Dice que, por ejemplo, decidieron investigar el escándalo de Odebrecht porque la realidad nacional se los impuso. Funcionamos como una especie de comité editorial de un medio de comunicación”, añade. “Cada persona del equipo, dependiendo de su área de experticia y la agenda que nos imponen desde afuera, propone temas e investiga lo que le corresponde. Cuando un caso es tan grande como el de Odebrecht, todo el equipo se concentra en él”.
Según Patricia Muñoz, investigadora de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Javeriana, una estrategia de control político le ofrece ciertas ventajas a los congresistas de oposición. “Mi hipótesis es que los debates de control político tienen mayor impacto en la opinión pública, mayor presencia en medios de comunicación. También pueden ejercer mayor presión sobre el Ejecutivo y apersonarse de la agenda”, explica Muñoz y sostiene que eventualmente la visibilidad les permite pensar en candidaturas a puestos en el Ejecutivo, como en el caso de Robledo.
¿Cómo juzgamos a nuestros congresistas?
Hay varias maneras de juzgar el desempeño de un congresista. Congreso Visible le explica cuáles son los criterios para entender el desempeño de un parlamentario.
La pregunta, entonces, es cómo se traduce esa experiencia en control político en habilidades necesarias para asumir un cargo ejecutivo como la presidencia. Para Muñoz no es claro. “El ejercicio de control político es una arena propicia para aquellos actores fuertes en el debate, en la argumentación, en la investigación, en el lenguaje de los medios de comunicación”, dice la investigadora. “Pero el Ejecutivo es otra tarea”, añade. “Requiere, primero, de la capacidad de formar un equipo donde el liderazgo del presidente sea notorio”.
Muñoz dice que Petro ilustra las posibles dificultades del paso entre el legislativo y el Ejecutivo: “la opinión pública empieza a hacerse a la idea de que el congresista que fue bueno haciendo debates es bueno en un cargo en el Ejecutivo. La experiencia con Petro en la Alcaldía de Bogotá nos muestra que el ejercicio de control político no garantiza habilidades ejecutivas. Eso se ve en la evaluación negativa que muchos hicieron de su administración”.
Para Felipe Botero, del paso por el legislativo no se sigue un desempeño determinado en el Ejecutivo. “Ni presentar proyectos de ley ni hacer debates de control político son condiciones necesarias o suficientes para asumir un cargo en el Ejecutivo”, explica el codirector de Congreso Visible. Sin embargo considera que el control político puede resultar en habilidades útiles en la rama ejecutiva.
“Una faceta del control político tiene que ver con la evaluación de las políticas públicas. Hacer ese tipo de trabajo le da a los congresistas la capacidad de conocer a fondo las políticas, el diagnóstico en el que se fundan y los objetivos que persiguen”, explica. “También brinda habilidades en la medida en que se tienen que elaborar argumentos para criticar la gestión del Gobierno. Así, cuando un congresista asume un cargo en el Ejecutivo, puede anticipar el tipo de críticas que sus decisiones van a recibir”, añade.
Aunque la mayoría del Consejo Ejecutivo Nacional del Polo eligió a Robledo como candidato para el 2018, el partido aún está dividido entre quienes lo apoyan y los miembros que respaldan a Clara López, la actual ministra de Trabajo. “El Polo casi siempre está unido en torno a su candidato presidencial”, dice Juan Sebastián López, otro de los miembros de la UTL del senador. “Así fue con Gaviria, con Clara, luego con Petro y esperamos que así sea con Robledo”.
Por ahora no podemos salir a hacer una actividad de voluntarios con el título ‘Robledo Presidente’, pero si podemos activar a todos los que nos han acompañado en las campañas para que vayan encontrándose con sus amigos en las regiones”. También aclara que están pendientes de definiciones políticas. “Si se define, por ejemplo, que vamos primero a una consulta, la campaña cambia un montón. Ahí ya habría una rivalidad evidente con Claudia, con Fajardo”, explica López. Concluye que, entre tanto, el equipo seguirá haciendo la labor de control político.