Este año marcho, primero, en contra del auto-odio. Marcho con tristeza y con preocupación por ese hombre gay que apoya al candidato presidencial que se ha manifestado una y otra vez en contra de sus propios derechos. Marcho por ese otro hombre gay que, pletórico, se toma una foto con el político que lo odia. Mi deseo es que no caigamos más en la calamidad de confundir al oprimido con el opresor, a la víctima con el opresor. Marcho para que ese auto-odio deje de alimentar los discursos de odio que luego, desde afuera, nos dirigen a nosotros. Marcho para que entendamos que esos discursos de odio son leyes que nos atacan, vulneran y discriminan. Para que entendamos que esos discursos de odio, que tantas veces alimentamos con nuestro auto-odio, pueden volverse más y más leyes que nos atacarían, vulnerarían y discriminarían.
Marcho para que entiendas que en los tacones también hay seriedad y que un quiebre de caderas puede ser mucho más serio y digno que la militarización del cuerpo
También marcho por los “discretos, serios, sin plumas”: para que no disfracemos más la homofobia y el odio a las mujeres con esas palabras. Cuando tú dices que eres discreto, yo entiendo que vives la homosexualidad como un secreto vergonzante. Y cuando tú dices que eres serio, yo siento que piensas la seriedad como algo exclusiva y limitantemente masculino: marcho para que entiendas que en los tacones también hay seriedad y que un quiebre de caderas puede ser mucho más serio y digno que la militarización del cuerpo o la vigilancia de los propios ademanes. Marcho en celebración de las plumas, marcho por mis propias plumas. Marcho para que tú no tengas miedo de soltar una pluma: suelta muchas, suéltalas todas. Quiero un mundo con pájaros.
Marcho por la paridad y marcho por la diferencia. Para que seamos iguales en derechos, pero no igual de racistas, igual de machistas, igual de homofóbicos, igual de clasistas, igual de violentos. Marcho por las mujeres, por los negros, por los campesinos, por los indígenas, por los gays, por las lesbianas, por los bisexuales, por las personas trans, por los intersexuales, por los cuir y los asexuales, por todos los que no se conforman con el binario de género: para que no nos desarticulemos y nos hermanemos en nuestra lucha, que para mí siempre ha sido una sola. Marcho por ti y por mí, con amor y por el amor.