Petro, Vicky y bodegas: de fantasías noticiosas y la guerra de dos discursos
Una marcha, una terna, una fiscal interina cuestionada, trinos en distintos idiomas flotan en un mar de mentiras de internet. Las preguntas por quién es el salvavidas, de quién es el barco rescatista y quienes los ahogados, es cada vez más difícil de responder pues el engaño se sofistica en medio de la polarización y la crisis de los medios.
“¿De dónde salió la fantasía noticiosa?” Buena pregunta, señor presidente. ¿De dónde salieron las imágenes de helicópteros, la idea de un secuestro masivo, las comparaciones con la toma del Palacio de 1985? ¿Se lo inventaron los medios?, ¿son responsables de la creación o solo de la distribución? Es domingo 11 de febrero, y en la televisión el presidente hace esta pregunta en medio de una alocución presidencial en diferido, que muestra un discurso empezado que corresponde a una cumbre de gobernadores que tuvo lugar en Cartagena el 8 y 9 de febrero.
El gobierno está hablando por televisión abierta de lo pasó el 8F, día de las marchas que reclamaron por la elección de la nueva fiscal y de la que el gobierno salió muy mal parado. No fue capaz de contener el aparato comunicacional que buscaba desinformar, como tampoco la gente que llegó hasta la puerta del parqueadero del Palacio y la zarandeó aunque fuera solo por unos minutos.
Una cuenta en X que se define como medio de comunicación con el nombre de Impacto 24/7 (@Impacto24_7) habló de “rescate”, “secuestro masivo”, “terroristas encapuchados” y Reacción Nacional News de “golpe de estado” y “toma violenta” del Palacio. Muchos dirán que para qué mencionar a cuentas bodegueras de desinformación de pseudo medios que nadie conoce y seguramente solo son una fachada de una estrategia política.
Pero y ¿cuándo medios colombianos también circulan parte de esta información? Medios que sí existen, que influencian la opinión pública y son considerados fuentes noticiosas por la ciudadanía? En la Revista Semana también dijeron que hubo evacuación en helicóptero, en Revista Cambio y en Telemedellín.
A los tres los mencionó el presidente Petro en su alocución presidencial, los mostró en pantalla con sello de falso, letras rojas y mayúsculas, todo un cliché, mientras preguntaba con su ya conocida suspicacia contra los medios, “¿por qué hay un sector de la prensa irradiando la mentira solo con el fin de que se mantenga la impunidad? ¿por qué? ¿Por qué se cobija del narcotráfico?¿por qué se encubre la ligazón del narcotraficante, poder político y económico en Colombia?” Acusaciones al aire.
No hubo retractación por parte de los medios. De los de verdad. Algunos trinos siguen disponibles, otros simplemente desaparecieron, pero con poco esfuerzo se encuentran los pantallazos y las réplicas que circulan internautas.
Tampoco hubo réplicas de los medios por haber sido señalados por el presidente. Al principio del gobierno parecía haber una defensa más feroz. ¿Se ha diluido a fuerza de repetición? ¿se volvió paisaje que Petro mencione a los medios y su influencia en la opinión pública? No debería. ¿Hay un desgaste entre la ciudadanía que ni quiere ni defiende a los medios? No debería y no pareciera. Al revés, hay una ciudadanía más activa que reclama su derecho a estar informada. Aunque lo haga a oídos sordos y su plataforma sea la burbuja de X.
Justo ahí, en X, el día de la marcha se volvió viral el intercambio de mensajes entre Vicky Dávila, directora de Semana, y el presidente Petro sobre la verdad y la mentira, el derecho a expresarse y el silencio. La peor discusión posible, con los peores interlocutores, cuyo único resultado medible por ahora es: ¡arriba los clics!
En el canal de Youtube, en los comentarios de la alocución presidencial se leen arengas contra: “los medios vendidos que todo lo inventaron” y que “quieren tumbar al presidente”, y hay un clamor por “la mano dura contra quienes desinforman”. Seguramente otra información que tampoco vale la pena mencionar “porque bodegas”, “porque polarización”.
El problema es que pareciera que se reducen los espacios para hacerse las preguntas por la calidad periodística, los métodos de verificación, las noticias falsas, la autorregulación de medios, y la defensa de la libertad de expresión, de la libertad de prensa y del acceso a la información en escenarios como estos.