La comunidad afro está denunciando una serie de crímenes –que según ellos– son de odio. Con un grito de «¡No más!» habitantes de Bogotá y Soacha recorrieron su frontera y pidieron justicia.
Cada 21 de mayo se celebra el Día de la Afrocolombianidad en conmemoración de la fecha en la que, en 1851, fue abolida la esclavitud en Colombia. Pese al ambiente carnavalesco, la movilización organizada por la Asociación de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes) en Altos de Cazucá, Comuna cuatro de Soacha, pretendía rechazar los recientes homicidios de varios jóvenes. Ahí, en esa frontera entre Bogotá y Soacha, ocurrieron los asesinatos de dos jóvenes que organizaciones atribuyen a crímenes de odio racial.
Se trataba de Daniel Andrés Perlaza y Edwars Samir Murillo, dos jóvenes que hacían parte de los grupos de danza y del equipo de fútbol que Afrodes tiene en la zona. Ellos fueron acribillados el 9 de abril en el barrio Caracolí, de Ciudad Bolívar. Pese a que manifestaciones anteriores llamaron la atención de numerosos medios de comunicación, más allá de la Defensoría del Pueblo, la Policía y algunas organizaciones sociales, ningún medio nacional estuvo presente en la marcha de Cazucá.
