No (2012) / Pablo Larrain

Be free, like soda “Refrescante, joven, diferente” Así es la soda, atrévete a probarla, atrévete a sentirla atrévete a escoger algo nuevo, renueva esos gustos. Tan fácil como renovar el gusto por la democracia. Tan sencillo como destapar una helada botella de refresco seria votar por el consecuente NO. Un no de divergencia y un […]

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Varios


13.09.2016

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Be free, like soda

“Refrescante, joven, diferente” Así es la soda, atrévete a probarla, atrévete a sentirla atrévete a escoger algo nuevo, renueva esos gustos. Tan fácil como renovar el gusto por la democracia.

Tan sencillo como destapar una helada botella de refresco seria votar por el consecuente NO. Un no de divergencia y un no de sublevación para volver a resucitar la vieja democracia suprimida por el régimen tirano.

Se joven y dale un respiro a tu vida con “Free”, haz lo mismo votando por el no. Un NO que tiene de fondo un arcoíris con el trillado tema de la diversidad e inclusión, pero que para algunos representa un mensaje aún más gastado: la calma después de la tormenta. Como sea, el arcoíris puede ser el sinónimo de ese fresco que necesita la existencia del chileno que solo surgirá con la caída del opresor.

Be free and be young…Despierta en ti ese sentimiento rebelde o marxista que ha sido silenciado durante estos veinticinco años del Excelentísimo en el poder. Como un santo y héroe es venerado, el gris es su color personal y las medallas militares engalanan aún más su aurea. Frio, calculador y metódico serian buenos calificativos para el dictador solitario que se apoderó de toda la nación.

Si, Chile, un país ganador. Un país de pocos y a la vez de muchos, un país conservador que preserva las tradiciones derechistas y capitalistas, un país de silencio en el que todos acuerdan con el régimen porque nadie puede expresar su descontento. Modernización, industria, la lucha contra el socialismo y un país de victoria te ofrecen los del sí. Sin embargo ya has hecho tu elección…Votaras por el NO!

Votaras NO porque eres libre, joven, un tanto anarquista y con vagos delirios comunistas, quieres un país nuevo, te cansaste de vivir esta mierda… porque eres libre, como la soda.

—Diego Fernando Chamorro

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Esperemos que la alegría ya llegue…

Me dispuse a ver la película en la sala de mi casa a las 9 de la noche. Le pregunté a mi papá si quería verla conmigo pero me dijo que no, que iba a reposar y se acostaba. Le pregunté a mi mamá y me dijo que no, que tenía que estudiar inglés. Así que comencé a verla sola, aunque mis papás seguían ahí en la sala. Comenzó la película con un breve contexto de la situación chilena en el cual explicaban que en Chile había habido un plebiscito para avalar o no la continuación de Pinochet en el poder. La fuerza de esa palabra, plebiscito, hizo que mi papá se viera la película completa conmigo y que mi mamá, cada tanto, se distrajera de sus estudio para verla también. Al final me dijeron “mándame el link, que se la quiero mandar a mis conocidos, en especial a algunos que están haciendo campaña por el sí”. Astutamente Lucas nos puso una película que si bien está situada en chile 30 años antes, nos hoy en Colombia. Mis padres y yo nos conectamos completamente con la película a pesar de que era tarde y de que estaba en horrible definición, porque no podíamos dejar de pensar en el futuro plebiscito del 2 de octubre. Nos conectamos esperando poder aprender algo para hacerle campaña al Sí. Nos conectamos esperando con ansias ver el final a ver si ganaba el No y eso de alguna forma nos vaticinaba que ganara el Sí acá. Al igual que los comerciales de René (el protagonista) esta película “está enmarcada dentro del actual contexto social, yo creo que el país está preparado para una comunicación de tal naturaleza”. Lo cual en últimas me recordó que la razón por la cual amo el cine es porque me habla siempre, de maneras insospechadas, acerca de mi realidad.

— Juliana Morales Carreño

NO3

¿Una versión colombiana? 

INT. SALÓN R209, 3:55 PM

El profesor concluye su presentación, los estudiantes se retiran y descubren nuevamente la entorpecedora luz solar. Son pocos los que siguen sentados. Vemos a Carolina (18) y a Silvia (19) en la tercera fila. Sus rostros, indiferentes, reflejan desgana y desvarío.

CAROLINA

No me gusta esa película. Es excesivamente escolar. Los profesores deberían buscar otra, ¿no crees?

SILVIA

Todo el mundo va a compararla con los procesos de paz. Ese plebiscito… Es un tema omnipresente.

CAROLINA

Lo sé. Hoy el cine no nos servirá como distracción del cotidiano.

SILVIA

Pero alégrate, es la primera película latina del módulo. Las imágenes son más familiares, más palpables.

EXT. PARQUE DE LOS PERIODISTAS, 6:15 PM

Los rayos solares se apagan lentamente. El frío no les permite hablar tranquilamente.

CAROLINA

En efecto, es aburridísima. Pero siempre que la veo logro sumergirme. ¿Si sentiste cómo la cámara imita la mala calidad de la televisión de esa época? Los hechos se sienten muy cercanos.

SILVIA

Es extraño consumir las mismas imágenes que consumieron los chilenos en 1988. Me incomoda que sea una película hecha de muchas películas pequeñas. Al final no distinguía lo cinematográfico de lo mediático.

CAROLINA

Es lo que sucede actualmente. Los medios nos absorben, nos manipulan. Hemos perdido el libre albedrío.

SILVIA

¡Maldita alienación! Es que hasta la paz es un producto. Todo es consumible: la justicia, la reconciliación, la libertad…

Ahora Silvia saca de su maleta su celular y una Coca-Cola.

CAROLINA

¡Mira la lata! El logo dice “Colombia, la alegría ya viene”. ¿Habías visto esto antes?

SILVIA

(Abstraída viendo su celular) No… Pero mira, Twitter cambió su logo y puso una paloma blanca. Facebook me está bombardeando con publicidad del plebiscito. Y mira lo que Amazon está vendiendo: “Pensamiento justiciero para combatir el castrochavismo” o “Pensamiento condescendiente para construir una Colombia en paz”.

CAROLINA

(Angustiada) ¿Qué? Esto no puede ser real. Vamos a perder nuestra opinión para depender únicamente de los medios. Esto ya no es una guerra de ideas, sino de propaganda.

SILVIA

No te preocupes, la opinión personal es peligrosa en un país tan ignorante.

CAROLINA

¿Y si nosotras nos hemos convertido en un producto visual? Siento que ya no me pertenezco.

SILVIA

Espero que hagan una película sobre este momento…

Las dos amigas miran fijamente a la cámara que se va alejando lentamente. La escena concluye con la voz en off del presidente Santos.

— Carolina Hernández

No6

Prohibido hablar de política

Hay que evitar hablar de política o de religión, eso es lo que nos han enseñado siempre y lo que define nuestra pereza moral. Yo lo he venido aprendiendo a las malas. Hace poco estuve en un viaje con uno de mis mejores amigos y en las 48 horas que estuvimos juntos pudimos hablar de todo menos del plebiscito. Es difícil hablar de política porque es un tema mucho más emocional que racional. Esto lo tiene claro René en la película, él sabe que el “No” al plebiscito se debe vender como cualquier producto, apelando a las emociones.

Las estrategias utilizadas por las campañas en la película son muy similares a que las que se están utilizando en las campañas del plebiscito en Colombia.  Todas siguen algunos de los principios de la propaganda de Goebbels. Utilizan el principio de la vulgarización: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos… Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar”. ¿Y qué es lo que más le gusta a las masas? Las celebrities. En la película muestran como celebridades nacionales e internacionales apoyaron en Chile la campaña por el “No”. En Colombia hay videos con el Pibe Valderrama, Nairo Quintana y Diego Trujillo apoyando la campaña por el “Sí”. En un video canta Juanes, Carlos Vives, Andrea Echeverry y Galy Galiano, entre otros artistas, apoyando el proceso. La canción es muy parecida a la de la campaña por el “No” de Chile. Ambas, como los comerciales de cocacola, venden valores universales y, por lo tanto, irrefutables. En la del “No” de chile se vende la alegría y la esperanza, en la del “Sí” de Colombia se vende la felicidad, la libertad y los sueños. También siguen el principio de orquestación: “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente”. Los del “No” en Colombia repiten las fórmulas “del castro-chavismo” y “de la Paz sin impunidad”. Ninguna campaña trata los argumentos profundos.  En la película Rene empieza la promoción de todas sus campañas, ya sea del plebiscito, de una gaseosa o de una telenovela, con la frase “Hoy Chile piensa en su futuro”, es una frase simple e intercambiable, una frase que se podría convertir en “Hoy Colombia piensa en su futuro” y podría servir tanto para la campaña del sí como para la del no de los acuerdos. La paz va a ganar, no porque tenga los argumentos más fuertes, aunque tal vez sí los tiene, sino porque la paz es un buen producto.

— María Isabel Pachón

no9 copy

Imagen

El poder de las imágenes: desde que empezó la película se me vino a la cabeza esa frase. Después de estar dándome vueltas en la cabeza varios días me acordé de donde venía. Es el título de un libro de David Freedberg en el que estudia el impacto y el uso de las imágenes que han sido capaz de causar devoción en el espectador. ¿Por qué se me vino a la cabeza esta frase? Porque todo lo que se quería lograr se logró por las imágenes. Los publicistas entienden la capacidad de devoción que las imágenes pueden causar, así sea una devoción creada en otro contexto – enmarcada dentro del actual contexto social.

“Esto es un lavado de imagen, es una campaña para silenciar lo realmente ocurrido”: más allá de las imágenes generar la nueva devoción (devoción a  Instagram, blogs, modelos, actores etc.) la imagen cuenta una verdad, una historia. ¿Acaso si en la campaña no se habla de los desaparecidos y de la tortura no existieron? ¿Es ese el lugar para generar la discusión? Tal vez sí, porque este señor molesto sabe que esas imágenes van a hablar, generar una devoción.  Hay que recordar que fue una lucha de imágenes, en el que el arma principal era un argumento visual. Así, las imágenes crean un discurso, una verdad.

“Esas imágenes son lo que ustedes son”: el mismo señor del caso anterior dice esto. Las personas son las imágenes, los publicistas son las imágenes. ¿Yo soy una imagen? Sí. Todo entra por los ojos, no? Soy la imagen de mi discurso, de mi verdad. Mi actual contexto social me enmarca y moldea. Crea imágenes que causan devoción en mí, una devoción individualizada, las adopto y creo mi discurso, mi imagen.

Obviamente toda la película hace eco con nosotros ahora. ¿Qué imágenes están usando las campañas? ¿Colombia la alegría ya llega? O ¿Colombia cuidado con lo que decides, el apocalipsis pasa si no escoges de manera correcta?, solo un pequeño punto sin entrar en política que vale la pena tener en cuenta.

—María Emilia Escobar

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No pasarán

Van a volver, las balas que disparaste van a volver, la sangre que derramaste la pagarás, los hombres que asesinaste no morirán, no morirán!

Otro film que logró mover algo en mí, logró llevarme a mi pasado un poco extraño. Mi papá, hombre de 56 años, alto, y muy peleonero me contó hace 6 años sus historias de juventud, de cómo su papá tenía que esconder los libros bajo las hojas de plátano porque llegaba el ejército y por sospecha de comunista, se lo llevaban, me contó también del paro más grande que tuvo Bogotá por allá en el 77 y cómo incluso él teniendo un pie fracturado, se fue a marchar, a cantar arengas y a saltar con su parche inconforme, de cómo esa vez hasta llegaron los militares y corra papito porque están echando bala.

Sus infinitas historias se me metieron al alma y mis ganas por moverme en la sociedad, nacieron. Yo en tercero de bachillerato y Colombia específicamente en la coyuntura estudiantil de la famosísima “reforma a la ley 30” esa misma en donde Pachito Santos propuso electrocutar a los estudiantes y en donde esos mismos estudiantes demostraron que la frase clichetosa era cierta, que “el pueblo unido jamás será vencido” y que claramente juntos, podían tumbar la reforma que pretendía joderles sus universidades, su educación pública y de calidad, lograron adentrarme a un mundo desconocido con unos pelados que conocí en la Nacional.

René Saavedra es lo que era ese colectivo chiquitico que creamos con los pelados, “ARAPO, Arte y Acción Popular” buscábamos hacer parte de las coyunturas sociales por medio de manifestaciones artísticas completamente pacíficas, sin violencia. Incluso llegamos a regalarle flores a los policías del ESMAD y uno que otro pimponazo con pintura para que ese escudo “defensor de estudiantes violentos” se llenara un poquito de color.

Me tuve que alejar del colectivo porque aquí la universidad se lleva todo el tiempo. Aquí casi nadie se habla con alguien, lástima, porque cómo hace falta que el Arte sea una expresión revolucionaria en casos como el “plebiscito”. Yo no me podía quedar con los brazos cruzados, me empecé a mover en mi barrio, “el de los ñeros y pobres” por allá en Bosa, en donde a los pelados se los llevan a la fuerza a prestar servicio y a quienes en conjunto con unos muchachos de Soacha, los mataron dizque por guerrilleros en el 2008. Fueron falsos positivos, pero que importa, no? Que se siga promoviendo el odio y la violencia, que los pobres a nadie le importan.

Por suerte sé que cuento con un grupo grande de personas que quieren la paz y que como yo, con lágrimas en los ojos, sueñan con el momento en que esta guerra de inocentes pare.

—María Fernanda Lozano Pedraza

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