Nacionalidad: Chile
Director: Pablo Larraín
Guión: Pedro Peirano (basado en la obra de teatro El plebiscito de Antonio Skármeta)
Reparto: Gael García Bernal, Alfredo Castro, Luis Gnecco, Néstor Cantillana, Antonia Zegers, Jaime Vadell, Marcial Tagle
De cuando en cuando en la historia encontramos casos en que las imágenes valen más que los disparos y las ideas más que las masacres. El Chile de 1986, el Chile que derrotó a Pinochet sin derramar sangre, es un ejemplo fiel de esos casos. Esa es la historia de la película NO: el relato de la campaña publicitaria que venció a la manipulación de la dictadura anacrónica de la milicia chilena. Pinochet debía salir a cualquier precio, entonces la campaña debió apuntar a lo nuevo, a lo joven. Es decir, a un nuevo chile que no había sido visto nunca antes. La campaña debió ser jalonada a pesar del dolor, del resentimiento y la ira que había gestado la dictadura. Debió superar no sólo el régimen opresor, también debió enfrentarse con una oposición cansada y acostumbrada a perder.
NO tiene un detalle que cambia todo el tono de la película: el filtro y el formato de la filmación no corresponden al ‘high definition’ de hoy en día. La película está filmada como ‘una película de los ochenta’, los planos y los cortes hacen homenaje a las películas que no contaban con los inmensurables presupuestos de los grandes estudios. Despierta la nostalgia de una época en que la realidad se sacaba a presión, donde el cine acababa de ser reinventado y la calidad de una película debía sacarse de otro lugar al que no se llegaba con dinero. Transmite así la importancia del momento histórico mediante las actuaciones y retratos de numerosos personajes, deja ver realmente las ideas y las imágenes que movieron a un país entero.
Tendrá sus fallas, sí. Pero es que NO, como el cine de los ochenta, no pretende ser perfecta. Busca manifestar lo que sucedió, en términos de la transmisión de un mensaje. De la capacidad que tiene un mensaje bien relatado. Y es así con el periodismo. No podemos olvidar la importancia de enviar un mensaje sin censura. La importancia de un periodismo comprometido con su actuar y con su responsabilidad de contar. Es por eso que el periodismo debería ser el recordatorio ideal de que de cuando en cuando podemos decir ‘NO’.
*Alejandro Vesga es estudiante de Filosofía de la Universidad de los Andes.