Giuseppe un niño de 13 años ha desaparecido en un pequeño pueblo siciliano. Luna, su compañera de clase y enamorada, decide romper el silencio y la indiferencia social que rodean las desapariciones causadas por la mafia. Sicilian Ghost Story (2017) es un thriller que ‘sumerge’ al espectador entre la siniestra realidad y la fantasía del suspenso.
por
Julián Ramírez
26.10.2017
Un lago. Un bosque. Un mar. El exuberante paisaje del sur de Italia no solo se caracteriza por sus postales, su clima seco, su bosque y su conexión con el Mediterráneo. También lo está por la desafortunada marca dejada por la mafia. Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, directores del largometraje Sicilian Ghost Story (2017), retoman el doloroso caso de Giuseppe di Matteo secuestrado, torturado, asesinado y posteriormente desaparecido. Di Matteo, en 1993, con 13 años de edad, fue retenido por 26 meses y desaparecido por la mafia italiana. La prensa italiana dio relevancia a este caso tanto por la edad de Giuseppe como por la forma de su muerte, considerada por la prensa como Lupara bianca o un tipo de asesinato de mafia que se comete con la intención de no dejar rastro alguno. La ignominia y la sevicia, que envolvió este caso y su desenlace, son retomadas desde puntos de vista contemporáneos, sentimentales y familiares.
'Sicilian Ghost Story' no brinda respuestas, por el contrario plantea preguntas e interpela al espectador preguntándole sobre la veracidad de la historia
Ver Sicilian Ghost Story es sumergirse a un lago de recuerdos a través de quien cuenta esta historia: Luna. Esta narración empieza por el encuentro de dos adolescentes que bien podría resumirse en una historia más de amor que transcurre en verano del sur de Italia. Hasta que la desaparición de Giuseppe toma por sorpresa al espectador –y a Luna– quien debe sortear con la presión social de no poder acercarse al hijo de un informante de la policía italiana, que se encuentra bajo su protección. Este evento deshace las primeras impresiones que se tienen de una película que, desde su título, promete adentrarse al terror. Pero la película sí se encarga de mostrarnos un terror real: el de perder todo lo que nos importa, desde el amor hasta la cordura. Luna sin encontrar el apoyo de la policía, el de su familia o el de sus amigos decide recorrer el último lugar donde vio a Giuseppe: el bosque donde abordó un auto con supuestos agentes de policía que lo llevarían a encontrarse con su padre. Este recorrido la lleva a enfrentarse a una realidad aún más estremecedora: estaba sola y perdiendo el atisbo de paciencia y cordura que todavía le quedaban.
La temporalidad de la historia es una de las grandes hazañas de los directores. Las tomas que juegan con el espectador entre un pasado que evoca el amor de dos adolescentes, un presente que muestra escenas anacrónicas que bien pueden hacer referencia a la locura de Luna, al sufrimiento de Giuseppe o la complicidad social hacia la desaparición del joven. Éstas son algunas de las imágenes que pueden reflejar la disputa entre fantasía y realidad que compone el largometraje.
Giuseppe en 'Sicilian Ghost Story'. Foto: cortesía del Biff 2017.
Giuseppe, el personaje principal, también se disputa entre la fantasía y la realidad. La construcción de este personaje nos incluye –como espectadores– en la historia, tanto a través de los pensamientos Luna como de los detalles de la desaparición física de Giuseppe. A lo largo de los 120 minutos del largometraje, el espectador se convierte en cómplice de la desaparición y la desesperación. Por un lado, la suspensión de la ficción con respecto a los personajes alrededor de la historia real logra capturar la indiferencia de una sociedad coartada por el miedo y refleja los códigos de honor de la mafia siciliana. Esto se logra a través de las aparentes imágenes inconexas y anacrónicas, así como de los efectos de sonido que nos llevan a dudar –como espectadores- del sentido de la historia y de su relación con múltiples símbolos aparentemente desvinculados de la historia. Por otro lado, la crudeza, la sevicia y el detalle nos devuelven a la realidad, éstos son un ‘ancla’ que nos exige encontrar en esta historia una macabra conexión entre todas las imágenes ‘anacrónicas’ y el desenlace del filme.
Sicilian Ghost Story no brinda respuestas, por el contrario plantea preguntas e interpela al espectador preguntándole sobre la veracidad de la historia. Al final del largometraje el sentido de utilizar el verbo “sumergir” toma sentido. Ya que las respuestas sobre el paradero de Giuseppe se encuentran “sumergidas” en el lago, en el mismo donde empieza la historia y el poster de la película hace referencia. Sin duda, la imagen en movimiento con la que concluye este largometraje retoma el concepto acuñado por la prensa italiana para definir los asesinatos de mafia con intención de no dejar rastro: Lupara Bianca. El cuerpo de Giuseppe saliendo en fragmentos y esparciéndose en el lago, en donde alguna vez estuvieron con Luna, evoca un adagio popular: a veces la realidad logra supera la ficción.
* Julián Ramírez es estudiante de Ciencia política y Lenguas y cultura con Opción en periodismo.