El escritor holandés conversó con Juan David Correa, director de Arcadia, acerca de su nuevo libro ‘El Azar y el destino’, el cual recopila crónicas sobre sus viajes de México a Suramérica.
“Podrían por favor hacer silencio acá atrás. Estoy tratando de pensar en español y necesito silencio para esto”, dijo el escritor Cornelis Johannes Jacobus Maria ‘Cees’ Nooteboom en medio de su charla, cuando hubo algunos ruidos tras escena. No lo hacía por regañón, ni por ser uno de los grandes nombres de la literatura neerlandesa, ni porque a sus 82 años tiene más libros publicados que años cumplidos, ni por haber estado nominado varias veces al premio Nobel. No. No era un capricho. Era todo lo contrario. Nooteboom, hablando de los viajes en su obra, estaba tan concentrado y entregado a su público, tratando de conectar verbos, sujetos, artículos y adverbios en un casi perfecto español, que cualquier interrupción hacía que se desconcentrara.
Nooteboom luchó, y salió vencedor, contra un hombre que subiéndose a la tarima trató de tomarse una foto con él durante la charla, contra el ruido repetitivo de la tras escena, contra los gritos de miles de fans de un youtuber que se escuchaban por todo Corferias y contra las vibraciones de la música electrónica externa que hicieron retumbar el auditorio de principio a fin.
Pero Nooteboom luchó especialmente contra el tiempo. Contra lo poco que resulta una charla corta para que un hombre con tantas historias, y tantos viajes, alcance siquiera a contar un par de anécdotas. “Ya quieren que me calle”, aseguró mientras llegaba el anuncio en el que le indicaban que tenía cinco minutos para terminar la charla.
Sin poesía la vida para mi no sería nada
A pesar del corto tiempo, los 45 minutos entre Nooteboom y Correa alcanzaron para saber cosas como estas:
El azar y el destino
Su más reciente libro El azar y el destino es una recopilación de escritos sobre sus viajes por Latinoamérica. Sobre recorridos por las selvas de Surinam “y esos otros países de la región que ustedes no conocen e ignoran porque no se habla español”, sobre cómo vivió en Bolivia en tiempos de El Ché Guevara, sobre aventuras en el DF y sobre su versión en poema de Bogotá que dice cosas como:
Las tres de la noche.
Arrastro conmigo esta vida maltrecha
como el pescador su red por la orilla,
pesada por el agua y por los peces muertos
ante el rastro de su propia sangre.
Las tres de la noche.
Alrededor de la cama, cerradas,
hay cajas cuadradas repletas de silencio.
Pero ese silencio tiene espinas
y el dolor que causa no se va.
El silencio allana el camino donde corre el mensajero
que anuncia que a la mañana será de noche otra vez.
“Sin poesía la vida para mi no sería nada”
“Pero no quiero que [la poesía] entre en mi prosa”, aseguró Nooteboom y agregó: “Para mi la poesía es muy importante. Es central a todo lo que hago. Yo creo que entra en mi obra, pero no de manera poética”. Lo dijo porque asegura que tiene que establecer una línea entre su producción, que no es lo mismo sentarse a escribir una novela, que un libro de poesía, que la primera se nutre de la segunda, pero que nunca podrá incluirla. “Yo siempre tengo libros y libros en mis maletas, en viajes como este busco espacio para estar leyendo cosas que me hagan escribir lo que quiero hacer”.
España y español
La relación entre Nooteboom y el español siempre ha sido muy cercana. Desde pequeño estudió muchos idiomas entre los que estaban francés, inglés, latín, griego y, por supuesto, español. Pero fue en 1993, con la publicación de El camino de Santiago, que reunió por primera vez 25 relatos acerca de sus viajes a un país hispanoparlante. Acerca de un recorrido en búsqueda de Santiago de compostela, de una deriva en la que entiende al viaje como «una suma de desvíos». “Este camino no era tan popular cuando visitaba Santiago. Allí he visto lo que pasa con gente que ha marchado 800 kilómetros o más y es una historia que hay que contar”.
“Hay que buscar las tumbas y leer a los escritores que hay debajo”
Nooteboom dice que son siempre los otros los que saben todo. Que son los otros, dice, los que saben sobre qué escribe:
— ¿Por qué siempre hablas de la muerte?, le preguntan.
— “Pues porque después de muerto no podré hacerlo”.
070 RECOMIENDA...
La charla 'Autorretrato de Cees Nooteboom' en donde el autor presentará su libro 'Autorretrato de otro' que incluye dibujos del artista alemán Max Neumann.
¿Cuándo?: domingo 24 de abril de 2016, 6:00pm. ¿Dónde?:Lugar: Pabellón Holanda.
Y es que Nooteboom junto con su esposa, la fotógrafa Simone Sassen, tienen un interés bien particular: se han dedicado a viajar por el mundo para visitar las tumbas de sus autores favoritos, pero no para retratarlas: “Yo no hago fotos porque no soporto la idea de que haya algo entre lo que veo y yo. No soporto a la cámara para contar mis historias”, aseguró Nooteboom. Proust y Cortázar en París, Thomas Mann en Suiza o Robert Louis Stevenson en Samoa son algunas de sus tumbas favoritas. Nooteboom recuerda: “Una vez fuimos a París a visitar la tumba del escritor irlandés Samuel Beckett en el Cementerio de Montpartnasse. Al llegar vimos que alguien había dejado una novela policiaca encima de ella, como una especie de regalo u ofrenda. Esto me causó mucha curiosidad. ¿Por qué la gente hace esto? ¿Por qué les dejan fotos, textos, cigarrillos o botellas de absenta? Yo después me imaginaba a Beckett, en plena noche, sacando la mano de su tumba para agarrar el libro y leer un poco”.