La fortuna oculta de un príncipe belga en Cartagena
¿Cómo fondos sospechosos de fraude fiscal en Europa terminaron invertidos en millonarias propiedades en Colombia? 070 revela el entramado que usó Henri de Croÿ para levantar un feudo de lujo lejos de la mirada de la justicia.
por
Charlotte de Beauvoir, Lorenzo Morales y Sophia Gómez
08.06.2022
Ilustración: James O'Brien / OCCRP
Un príncipe camina por las calles de Cartagena en pantalón de dril y con la camisa suelta. Su aspecto descomplicado le permite mimetizarse entre los turistas extranjeros que vienen a saborear el ambiente tropical de la ciudad amurallada. ¿Quién sospecharía que se trata de un noble europeo en la mira de la justicia de tres países?
Henri de Croÿ, hoy de 63 años y panza de bon vivant, es señalado de ser el cerebro de un esquema para ocultar del fisco cientos de millones de euros. Sus clientes, unos doscientos ricos y poderosos de Europa, aprovecharon el esquema. Las actividades del príncipe quedaron expuestas en 2018 tras la filtración de documentos de su empresa nodriza, el grupo Helin, revelados por la revista francesa L’Obs y conocida como los “Dubái Papers”. Después de esas revelaciones, Suiza, Francia y Bélgica abrieron investigaciones judiciales por sospecha de fraude fiscal y blanqueo de dinero.
070 tuvo acceso a comunicaciones internas y registros notariales en Colombia así como a miles de documentos de los “Dubái Papers”. Correos electrónicos, tablas de contabilidad y transacciones bancarias que no habían sido analizados antes muestran cómo el príncipe construyó discretamente un feudo inmobiliario de lujo en Colombia.
Esta investigación identifica cinco valiosas propiedades en el casco antiguo del puerto de Cartagena y en la isla de Barú que fueron adquiridas por Henri de Croÿ. Además, revela el complejo sistema de empresas fantasma en paraísos fiscales y movimientos financieros que usó el príncipe para borrar su rastro en estas adquisiciones.
Estos hallazgos — desconocidos para los fiscales europeos — podrían tener repercusiones judiciales, de acuerdo con una abogada que representa a dos clientes que demandaron a de Croÿ en Suiza. Lo acusan de “abuso de confianza” y “administración desleal”; tratan de recuperar 7 millones de euros que le confiaron y que quedaron congelados en una cuenta en los Emiratos Árabes Unidos.
“Como no podemos recuperar esos fondos allá, buscamos obtener reparación directamente con quien es responsable de su pérdida”, explica Sonja Maeder Morvant, la abogada. “Pero Henri de Croÿ sabe muy bien esconder sus posesiones. Él incluso niega ser el dueño de su castillo en Francia. Ante la justicia suiza, se presenta como alguien que hoy en día no tiene dinero o tiene muy poco”.
Contrario a lo que afirma en Europa, el príncipe de Croÿ goza de una sustancial fortuna en Colombia. Las propiedades identificadas en esta investigación están estimadas en unos 60 mil millones de pesos, es decir unos 16 millones de dólares, de acuerdo con un avaluador independiente de la firma Habitat Caribe, consultado por 070.
Varias de esas operaciones inmobiliarias se hicieron mientras Henri de Croÿ desarrollaba en Europa las actividades por las cuales ha sido señalado de fraude fiscal y lavado. Esto lleva a preguntarse si fondos conectados a esos presuntos delitos fueron ocultados en Colombia.
Un viejo conocido de la justicia
En 2000, De Croÿ se ganó el apodo de “Príncipe negro de las finanzas” en la prensa belga, cuando apareció como la figura central en el mayor caso de fraude fiscal jamas conocido en el reino. Fue acusado de ocultar en empresas de papel el dinero que manejaba de sus clientes. Así, evadieron cerca de 75 millones de euros en impuestos. En 2012, un tribunal belga lo sentenció a una pena subrogada de 3 años de prisión. De Croÿ apeló y fue absuelto en 2015. Pero en 2018, cuando los «Dubái Papers» llegaron a la prensa, volvió a estar en la mira de las autoridades. Miles de documentos filtrados de su empresa Helin demostraron que el príncipe, en vez de contenerse, amplió su esquema y cultivó una amplia clientela fuera de Bélgica. En una entrevista de 2018, de Croÿ aseguró que lo suyo no era un delito, sino un sistema de “gestión de fortuna” y de “optimización fiscal”. “Puede que no sea moral a los ojos de algunos, pero no es ilegal a los ojos de la ley”, afirmó. Los documentos revelados indican lo contrario.
Compras secretas
En 1997, una empresa de nombre Collwether Inc., creada un año antes en las Islas Vírgenes Británicas con un capital de mil dólares, compra una casa de 928 mts2 en la Calle Estrella, en el centro histórico de Cartagena. La transacción se hizo por 290 millones de pesos, según los registros notariales. La llamarán la casa Estrella.
En 2004, una empresa de nombre Fellaya Investments Ltd. registrada en las Islas Vírgenes Británicas compra una casa de 185 mts2 por 498 millones de pesos en la calle Román. La llamarán la casa Román.
En 2007, una empresa de nombre Lalou Property Corp., registrada en las Islas Vírgenes Británicas, compra un lote de 12.000 mts2 con playa privada en la isla de Barú por 500 millones de pesos. La llamarán la casa Barú.
En 2008, una empresa de nombre Colombe Ltd., registrada en Emiratos Árabes Unidos, y constituida con un capital de 270 dólares de hoy, compra una casa de 600 mts2 por 928 millones de pesos en la calle Cabal. La llamarán la casa Cabal.
En 2016, una empresa de nombre Ethical Tourism Limited, registrada en Emiratos Árabes Unidos, compra una mansión en ruinas de 1400 mts2 en la calle del Cuartel. La transacción quedó registrada por 5.000 millones de pesos. La llamarán la casa Cuartel.
¿Qué tienen en común estas cinco propiedades? Detrás de ellas se esconde el príncipe de Croÿ.
Los Emiratos Árabes y las Islas Vírgenes Británicas, como otros paraísos fiscales, tienen leyes que permiten a las empresas registradas allí esconder la identidad de sus dueños, lo que puede llevar al ocultamiento de fortunas. Sin embargo, 070 pudo establecer el vínculo entre de Croÿ, su esposa y estas empresas gracias al rastro que quedó de las compras en una notaría de Cartagena.
Los documentos de registro de esas cinco empresas muestran que su agente o accionista es Helin, la empresa de Henri de Croÿ. Además, tres nombres se repiten como directores: Lise Voisard, Tom Donovan y María Ximena Montón Blanco. Todos fueron empleados de Helin y tenían relación directa con de Croÿ, según lo demuestran correos y otros documentos analizados por 070. Los tres son casi fantasmas en Internet.
La compra de la casa Cuartel, en 2016, es un ejemplo del entramado de ocultamiento operado por la familia y cómo, a través de Helin, ingresaron al país fondos potencialmente relacionados con el sistema de evasión fiscal del príncipe.
En la mitad del entramado aparece su esposa, María del Socorro Patiño Córdoba. El 12 de octubre de 2015, Helin transfirió a su cuenta de Bancolombia la suma de 5 mil millones de pesos. “Fondos para nueva propiedad”, indica un documento de registro. Pero de Croÿ y su esposa luego cambiaron de idea: “Nos aconsejaron comprar la propiedad a través de una empresa en lugar de hacerlo a nombre personal de María del Socorro,” se lee en un fax firmado por Henri. Sus abogados les recomiendan devolver los fondos y realizar la compra a través de una empresa de la nebulosa de Helin, Ethical Tourism Limited. La esposa del príncipe figura como única accionista y representante legal de esa empresa.
Un exempleado de Helin confirmó a 070 esas transacciones de adquisición de la Casa Cuartel.
La esposa del príncipe no está siendo investigada en el caso de evasión fiscal en Bélgica y no hay evidencia de que haya sido vinculada a cualquier otra investigación relacionada con su esposo.
Transferencia de Helin para la compra de la casa CuartelEscritura de compraventa de la Casa Estrella
Correo entre Henri de Croÿ y Lise Voisard
Seis años después, la casa Cuartel permanece clausurada y en ruina. Los de Croÿ-Patiño planean remodelarla y convertirla en un hotel de 30 habitaciones.
Un refugio tropical
Tras la condena en los tribunales belgas, en 2012, el príncipe se reinventó en el mundo de los negocios. Convirtió tres de sus casas en hoteles boutique, donde una noche para dos adultos puede costar hasta 800 mil pesos. Otra casa se ha convertido en un centro de eventos para matrimonios o celebraciones privadas.
Sus propiedades en Cartagena no solamente le han permitido salvaguardar parte de su fortuna, también se han convertido en un refugio, lejos del alcance de los tribunales europeos. En conversaciones informales con sus huéspedes, de Croÿ afirma que vive en Cartagena desde agosto de 2021.
Es a través de su esposa que de Croÿ ha forjado vínculos con Colombia, desde hace unos 30 años. María del Socorro Patiño Córdoba nació en 1964 en Popayán y es hija de un comerciante acomodado. Después de terminar el colegio, la familia mandó a María del Socorro a estudiar a Europa. “Era algo que se hacía mucho. Buscaban que los niños cogieran un poco de mundo”, explica una mujer payanesa que conoce a la familia. “Fue allá que conoció a ese señor, un príncipe de Bélgica”. María del Socorro y Henri se casaron en Europa en 1994. Para entonces, Henri de Croÿ ya había trabajado como banquero en Hong Kong, Luxemburgo y Londres.
La pareja vivió primero en Inglaterra antes de establecerse en Suiza. En Francia tienen otra residencia: el castillo de Azy, propiedad de la familia de Croÿ por generaciones, y donde a veces organizaban recepciones suntuosas. Los lazos con Colombia se fortalecieron con el tiempo. Solían venir de vacaciones al país un mes al año, con sus tres hijos. En 2002, Henri de Croÿ solicitó y recibió la nacionalidad colombiana; su tercer pasaporte además del belga y del francés.
Escudo de armas de la familia de CroÿHenri de Croÿ en el lobby de la Casa EstrellaSalon principal de la Casa Estrella
Hoy en día, sentado en el comedor de madera de la Casa Estrella, pasa horas revisando pilas de archivos. Cuando llegan nuevos huéspedes, no duda en atenderlos personalmente y darles un tour por la casa. Ésta ofrece cierto aire aristocrático. Sus salones oscuros se parecen más a los recintos de un viejo castillo alpino que a una morada tropical. Con razón: parte de su mobiliario fue traído del castillo francés en 2010. Arriba, en el amplio salón principal, domina una biblioteca de dos pisos con libros antiguos. Hay un piano de cola, sofás en cuero capitoneado y una mesa para el juego. En las sillas está grabado el escudo de armas de la familia de Croÿ.
Allí, de Croy ha ofrecido algunas versiones del origen de su riqueza. “Dijo ser un abogado prestante, que asesoraba a mucha gente importante en el tema tributario; que su familia tenía muchos títulos pero que no dejó nada de plata y que tuvo que arrancar desde cero. Montó su oficina, le fue bien y con esa plata invirtieron en Cartagena,” recuerda una persona que trabajó para ellos en Cartagena.A otros les ha dicho que los hoteles son propiedad de la familia de su esposa y él no es más que el administrador.
En cualquier caso, las fiestas grandiosas que ofrecían en su castillo son cosa del pasado. En el trópico colombiano, el príncipe vive en la casi total discreción social. “Aquí, llevaban una vida muy privada”, recuerda el ex empleado. “No recibían amigos, no hacían cenas. Se quedaban entre ellos.”
El Castillo de Azy, propiedad de los de Croÿ por generacionesLa familia de Croÿ – Patiño en su castillo Henri de Croÿ en una de las fiestas que organizaban en el castillo
El ex empleado también recuerda que la pareja era “muy austera y prudente de no excederse” en sus gastos en Cartagena. De hecho, llevan con mucha minuciosidad las cuentas de su negocio hotelero. Registros de 2015, por ejemplo, muestran cómo contabilizaban desde el gasto de fotocopias hasta el valor de la Postobón para los obreros. Ese año, registraron en su contabilidad ingresos totales de turismo por 800 millones de pesos, más del doble que el año anterior.
“Pitufeo” en Colombia
El negocio hotelero marcha bien. Pero remodelar mansiones, pagar empleados o mantener botes cuesta mucho. Para cubrir esos gastos, también recurrían a fondos de Helin, la empresa nodriza del príncipe. Hay muchos registros contables del ingreso de dineros provenientes de Helin a Colombia, desde giros millonarios hasta centenares de micro retiros en cajeros.
Así, entre julio de 2016 y noviembre de 2017, entraron al menos 540 mil dólares a cuatro cuentas colombianas asociadas a la familia de Croÿ – Patiño. Para entrar esa plata al país, usaron la empresa británica European Management Distribution Limited — otra estructura vinculada a Helin y cuya única accionista era la esposa de Henri. Los giros aparecen ordenados por ‘A3’; el alias empleado por Henri de Croÿ en Helin.
Otro modus operandi para ingresar el dinero era el uso de tarjetas de crédito precargadas en el exterior. Usaban al menos seis tarjetas diferentes que recargaban, en dólares o en euros, desde otras dos empresas de la nebulosa: Alama Holdings y Fortching Limited, ambas sin una actividad comercial clara. Henri aparecía como el director de Alama, según el registro público en Panamá. De Fortching Limited solo se sabe que tiene su domicilio en Hong Kong.
Carta de naturalización para Henri de Croÿ
Los archivos contables a los cuales tuvo acceso 070 no son completos pero muestran que, entre enero de 2015 y junio de 2016, las seis tarjetas fueron recargadas con al menos 240 mil dólares. Con esas tarjetas pagaban compras en comercios como Homecenter, Crepes y Waffles o el Éxito. “El 90% del negocio hotelero se manejaba con estas tarjetas de crédito”, cuenta una persona que conoció de cerca las inversiones del príncipe en Cartagena.
Además, sacaban efectivo de forma compulsiva. Hacían hasta 10 retiros diarios, por el valor tope permitido por el cajero, un día tras otro. Con una sola tarjeta, registrada a nombre de Henri en el banco FBME de Chipre (el FBME fue clausurado en 2017 por presunta complicidad en lavado de dinero y financiación del terrorismo), sacaron casi 1.000 millones de pesos en menos de dos años, entre 2011 y 2012. Para alcanzar esa suma fueron al cajero… 1370 veces.
“El uso de este tipo de tarjetas es frecuente en esquemas de ocultamiento y lavado de dinero”, dijo a 070 Juan Ricardo Ortega, ex director de la Dirección de Impuestos de Colombia —DIAN quien investigó casos similares. “Estas tarjetas se envían a cualquier lugar del mundo por correo y no llevan nombre”.
“Estos retiros reiterados deberían levantar alguna alarma en la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero- UIAF [una especie de policía financiera del Ministerio de Hacienda] ”, agregó.
“La UIAF recibe miles de alertas al mes pero muy pocas tienen la fuerza para hacer una denuncia ante la Fiscalía”, dijo Alberto Lozano, ex director de la UIAF y ahora consultor en prevención de lavado de activos y delitos financieros para empresas. “El problema de estas alertas es que no son determinantes. Ese tipo de retiros, los pueden hacer miles de personas, por beneficios cambiarios, por ejemplo. Allí, hay de todo; desde un simple estudiante que recibe su mesada hasta un pícaro que no quiere declarar estos dineros”.
Renovación de fachada
Ese sistema bien engranado permitió a los de Croÿ-Patiño construir su patrimonio en Cartagena durante años, ocultando su rastro. Pero la máquina se trabó cuando, en septiembre de 2018, la prensa europea reveló el entramado de Helin. Los nombres de las empresas detrás de sus activos quedaron expuestos.
Henri de Croÿ corrió a buscar una nueva fachada para encubrir sus propiedades. Tres meses después de la revelación, fueron creadas en Panamá dos nuevas sociedades: Falur Corp. y Persoc Group Inc. A los pocos días de constituida, Persoc adquirió las casas Estrella, Román y Cuartel. Las tres operaciones se hicieron en un mismo día y en la misma notaría, por un valor conjunto de casi 7.000 millones de pesos, algo muy por debajo de su avalúo comercial. Y ese mismo día, Falur adquirió la Casa Cabal por otros 1.175 millones. Finalmente, cinco meses después, Persoc adquirió la última propiedad, Casa Barú, el resort de 12.000 mts2 con playa, por el ridículo precio de 179 millones de pesos.
El príncipe no aparece nominalmente en ninguna de esas transacciones. Pero su gente, sí. María Ximena Montón Blanco, quien había sido directora de varias de las empresas ahora fuera de juego, vuelve a prestar su nombre y actúa como directora de Persoc. Un nuevo nombre aparece en ese momento: Ricardo Vélez Pareja. Este abogado cartagenero es el director de Falur y firmó las compras, en la notaría, en calidad de apoderado de ambas empresas. Vélez Pareja pertenece a una familia influyente de la costa, muy vinculada a los intereses del príncipe.
En resumen: se trató de autocompras para borrar de nuevo el rastro del príncipe.
Así fue cómo el príncipe borró su rastro para levantar su feudo inmobiliario en el caribe colombiano mientras era señalado en Europa por evasión fiscal.
Henri de Croÿ no accedió a hablar con los periodistas de 070. Su abogado en Suiza, Grégoire Rey, refutó categóricamente cualquier “desvío de fondos de los clientes de Helin para fines privados”.Sin embargo, reconoce que los fondos que entraron a Colombia venían de cuentas en las que se mezclaban dineros de otros clientes de Helin con la “fortuna familiar” del príncipe.
El abogado no ofreció comentarios sobre el entramado de empresas de papel revelado por 070 ni respondió a otras preguntas.
En Colombia, Henri de Croÿ no tiene procesos judiciales abiertos y nadie tiene el ojo puesto en sus operaciones.
El año pasado, 204 personas fueron capturadas en Colombia por lavado de activos, según la Fiscalía General. De acuerdo con un análisis de Infolaft, una consultora en estos temas, en la mayoría de casos hay un denominador común: el uso de empresas fachada y de testaferros. “Llama la atención que esas dos tipologías, tan antiguas como el delito mismo de lavado de activos, sigan siendo tan utilizadas y, al parecer, efectivas”, dice el reporte.
El príncipe de Croÿ vive hoy en Cartagena una vida apacible, acompañado por un muy reducido y selecto grupo de amistades, gente rica que, como él, valora la discreción y cuida su privacidad. Pasa los días en sus hoteles, supervisando la gestión de su negocio y las labores de sus empleados con quienes se comunica en un español correcto, teñido de un fuerte acento. En las noches, sale a caminar por las calles de la ciudad amurallada, con algún amigo, en búsqueda de un helado para refrescarse. “Es una persona muy educada que cuida sus palabras. No alardea de su origen social y se comporta de manera muy cordial y agradable con la gente”, dijo a 070 una persona que lo conoció en Cartagena. En ocasiones, cuando sospecha que su mala reputación lo precede, suele adelantarse y se queja de las mentiras de los periodistas y de las infamias de la prensa.
La justicia en Europa ha sido lenta pero poco a poco ha estrechado el cerco alrededor del príncipe. 070 habló con fiscales en Europa e indicaron que Francia, Bélgica y Suiza — donde hay procesos abiertos — vienen coordinando sus acciones. Hasta ahora Henri de Croÿ no ha sido interrogado. Mientras tanto, en Francia, tres de sus clientes han sido condenados por blanqueo de capitales tras reconocer haber participado en el esquema de fraude fiscal ofrecido por el príncipe de Croÿ.
Esta investigación de 070 fue realizada gracias a la colaboración de varios medios y periodistas. En Francia, participaron Abdelhak El Idrissi de la célula de investigación de Radio Francia, Caroline Michel-Aguirre de L’Obs y Nathan Jaccard de OCCRP. En Colombia, Daniel Chaves Mora fue asistente de investigación.
La investigación se publicó simultáneamente en 070 y Cambio (Colombia), L’Obs (Francia), Paris Match (Bélgica) y Organized Crime and Corruption Reporting Project – OCCRP.