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La calavera del Punisher: El símbolo de los matones

¿Cómo acabó el símbolo de un personaje de cómic en los chalecos antibalas de civiles armados en el sur de Cali? La historia es un fascinante relato que involucra la guerra en Irak, Clint Eastwood, Spiderman, Black Lives Matter, Las fuerzas especiales bolivarianas, QAnon y, cómo no, los nazis.

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Tesis de bolsillo

Tesis de bolsillo es una serie de video-ensayos que explican temas de la cultura pop en el contexto latinoamericano. Es coproducida por Sill [...]


11.10.2021

El culto calavera

Por Felipe Useche / @felibuster0

Todos hemos visto las imágenes. Las hemos visto en el sur de Cali: los comandos especiales de la policía con sus chalecos negros y, impreso en sus uniformes, el simbolo de una calavera de dientes largos y afilados. La calavera vuelve a aparecer un fotos y videos, esta vez de agentes del ESMAD, con el stencil de los dientes afilados y los ojos vacíos sobre el negro de sus fusiles. Lo hemos visto, también, en chalecos antibalas de personas vestidas de civil que han disparado contra los manifestantes en los dos meses del Paro Nacional de 2021 en Colombia. La calavera alargada, una imagen macabra e intimidante como parte de una indumentaria que incluye en muchos casos armas traumáticas (de venta comercial y mercadeadas como no letales a pesar de su poder mortal) pero también con armas de fuego. 

Estos escuadrones, a los que se les ha podido responsabilizar al menos de herir a manifestantes, han sido identificados y muchos los han apoyado en su trabajo de “apoyar” a la policía, de luchas contra los “vándalos”. “O nos defendemos”, han dicho algunos, “o se nos meten”. 

Las imágenes me inquietaron. No entendía por qué estos hombres adultos salían con sus juguetes de fogueo, peligrosísimos, pero falsos, disfrazados como si hicieran parte de un escuadrón de justicieros de club campestre. Me hallaba observando, entre desconcertado y fascinado, a estos cosplayers bélicos, intentando entender, cuando la vi; en un chaleco antibalas había un parche con símbolo que me era familiar. Una calavera blanca. Pero no cualquier calavera.

El símbolo era el cráneo estilizado que, como fan de cómics, conozco bien: la calavera blanca de The Punisher. El Castigador. El antihéroe de negro de Marvel. ¿Cómo acabó el símbolo de un personaje de cómic en los chalecos antibalas de civiles armados en el sur de Cali? La historia es un fascinante relato que involucra la guerra en Irak, Clint Eastwood, Spiderman, Black Lives Matter, Las fuerzas especiales bolivarianas, QAnon y, cómo no, los nazis.

De las viñetas a la guerra de Irak

No es extraño que personas que defienden discursos cercanos a las milicias civiles y al parmilitarismo (entendido como fuerzas armadas paralelas a la fuerza legal de los Estados) y que cuerpos de policía que parecen haber actuado cuando menos de manera persmisiva con estos grupos adopten la calavera del Punisher como símbolo. The Punisher no es cualquier superhéroe de Marvel. De hecho Gerry Conway, el creador del personaje, no lo reconoce como tal. 

“[…] el Punisher representa una falla del sistema de justicia. Se supone que debe acusar el colapso de la autoridad moral social y la realidad de que algunas personas no pueden depender de instituciones como la policía o el ejército para actuar de manera justa y capaz. El antihéroe justiciero es fundamentalmente una crítica del sistema de justicia, un ejemplo de fracaso social”. 

The Punisher apareció por primera vez en el número 129 de Spiderman, en febrero de 1974. Su verdadero nombre es Frank Castle, y desde el inicio lo vimos con su característica apariencia: musculoso, huraño y vestido de negro, con la calavera estilizada cubriendo su torso. Castle es un exmilitar, experto en todo tipo de armas y combate, no tiene poderes y, a diferencia de buena parte de los superhéroes de cómic, no le importa matar para lograr su objetivo de luchar contra el crimen y defender a los inocentes.

La historia de Frank Castle es el cliché de los héroes de acción de los ochenta: luego de su regreso de Vietnam, estaba de picnic con su familia cuando la mafia neoyorquina los asesina brutalmente, luego de que su esposa e hija presenciaran a los mafiosos cometiendo algún crimen. Frank sobrevive, pero su familia no, y emprende su búsqueda de justicia. Primero recurre a las cortes y la policía, pero obviamente esto no funciona por la ineptitud burocrática, la corrupción estatal y la cuestionable ética de la profesión legal. Adolorido y enardecido, y con ayuda de un detective de la policía, igualmente insatisfecho con las vías legales, decide ponerse su equipo táctico, que incluye un chaleco antibalas en el que pinta la calavera blanca y procede a masacrar a tiros a todos los mafiosos que puede.

The Punisher comenzó como personaje secundario en los setenta, pero a partir de 1988, cuando se publica el cómic de War Journal, estalla en popularidad. La era Reagan favorecía al personaje, que no era el único justiciero extremista de la cultura popular. Esa época se conoce como la Edad Oscura del cómic, y está asociada a la deconstrucción nihilista del superhéroe, con la presencia de temas más adultos, violencia más explícita y el auge del antihéroe que toma la justicia en sus propias manos para lograr una venganza violenta. 

De la mano de Garth Ennis, The Punisher alcanzó su mayor popularidad, que fue declinando a medida que los cómics iban perdiendo terreno en la cultura pop de los noventa, apareciendo en un par de adaptaciones cinematográficas que fracasaron rotundamente en la taquilla. Sin embargo, era cuestión de tiempo para que regresase el personaje, y cuando las películas de Marvel comenzaron a dominar año tras año las ventas de boletas, The Punisher volvió a la pantalla en 2014, primero como invitado de la serie de Netflix de Daredevil y, luego, con su propia serie como protagonista que tiene dos temporadas a la fecha.

Pero no es por Marvel que The Punisher volvió a aparecer, ahora como parches en chalecos antibalas. Seguramente ayudó, pero el resurgimiento de la calavera blanca precede al renacer de Marvel como imperio del entretenimiento, y para conocer la verdadera historia de cómo aparece la calavera en contextos bélicos hay que irnos al 2004. A Irak.

"El antihéroe justiciero es fundamentalmente una crítica del sistema de justicia, un ejemplo de fracaso social"

Un oficial de comunicaciones del SEAL Team-3, uno de los escuadrones de fuerzas especiales estadounidenses desplegadas en Irak, decidió adoptar la insignia y el nombre “The Punishers” como parte de una táctica intimidatoria de las guerrillas urbanas. La pintaron en sus granadas, cargadores, chalecos y vehículos blindados. El líder de este equipo de SEAL es un soldado más bien infame, que bien podría ser lo más parecido a un verdadero Punisher. Se le conocía como “La Leyenda” o “El Demonio de Ramadi” y tiene cerca de 160 muertes confirmadas. Su nombre era Chris Kyle, y su fama estalló fuera de los ámbitos militares cuando el mismísimo Clint Eastwood decidió hacer la película biográfica American Sniper, en la que Bradley Cooper interpreta a Kyle.

En su autobiografía, Kyle habla de cómo su pelotón, conocido como Cadillac, se comenzó a autodenominar “The Punishers”, alrededor del 2004. Esto es lo que dice:

“Él es un tipo cabronazo que arregla lo que esté mal ejerciendo una justicia de vigilante. […] El Punisher llevaba una camisa con una calavera estilizada […] Todos pensamos que lo que hacía el Punisher era una genialidad: arreglar lo que estuviera mal. Mataba a los malos y lograba que los criminales le temieran. Eso es lo que hacíamos y queríamos que la gente lo supiera. ¿Si nos ven? Somos los tipos que te van a romper el culo. Tengan miedo porque podemos matarte”.  

La palabra “vigilante” (que se escribe igual en inglés) no tiene una traducción en español que cubra todas sus connotaciones, pero se la asocia al uso privado de la fuerza (armada) para hacer justicia a manos propias. Es una idea cercana a los escuadrones civiles y a las milicias paramilitares o policiales.

En 2013, un exmarine de 25 años, que sufría de estrés postraumático luego de su regreso de Irak, mató a Chris Kyle en un polígono de tiro en Texas.

Aunque le adjudiquen la calavera blanca a Kyle la calavera blanca ya tenía muchos fanáticos dentro de los cuerpos militares. El mismo Kyle contó cómo otros pelotones quisieron adoptarla, pero no los dejaron. 

Kevin Maure, ex fuerzas especiales y autor de dos números de The Punisher, contó en una entrevista con Task & Purpose que “todos los tipos de fuerzas especiales tenían un parche de The Punisher de algún tipo, y cada capó y baúl tenía pintada la calavera de The Punisher en algún lado”

En el octavo número de la primera serie en solitario de The Punisher se publicó una carta de un fan del personaje que se identifica como Sargento M. Clay, quien manifiesta su apoyo a los escritores del cómic y les da una lección sobre qué tipo de armamento militar debería usar Frank Castle debido a su pasado militar, al tiempo que se queja de otro fanático que denomina “Rambo de Sillón” debido a los malos consejos que había dado en una carta de un número anterior con respecto a este mismo tema. 

El regimiento 24 de infantería de los Estados Unidos adoptó el símbolo durante la Operación Libertad Iraquí (al mismo tiempo que el pelotón de Kyle) pintando una versión de la calavera en todos los edificios donde habían matado enemigos. En YouTube abundan videos de la comunidad militar en servicio o retirados, dónde puede verse el parche o incluso dónde se discute la importancia del uso del parche, entre videos sobre la segunda enmienda de la constitución estadounidense, tácticas de supervivencia en lo silvestre y la bandera Gadsen, asociado a los movimientos que defienden el derecho a portar armas en EE.UU.

La calavera se extendió, incluso, a otros cuerpos militares del mundo. Las fuerzas noruegas lo exportaron a Afganistán como parte del batallón Telemark de infantería mecanizada, entre el 2008 y el 2010. Militares iraquíes, paramilitares en Mosul y todo tipo de fuerzas de seguridad comienzan a adoptarlo a lo largo de la última década, y los mandos militares incluso comienzan a tomar acciones para limitar o prohibir el uso de la calavera entre sus fuerzas especiales, como reportó el Daily Mail en 2019.

Uno de los casos más tempranos de la presencia de la calavera en la policía, y no ya militares, fue un grupo de oficiales de la policía de Milwaukee que supuestamente operaba bajo el nombre de The Punishers. Estos policías que vestían de negro y usaban guantes y pasamontañas del mismo color mientras patrullaban las calles en busca de criminales. En dos ocasiones, en 2005 y luego en 2007, la policía investigó internamente la existencia de estos grupos denunciados por los ciudadanos, y concluyó que eran rumores. El único caso que ha llegado a mayores es el de una paliza que le dieron a un afroamericano en 2004, Frank Jude Jr, que robó una billetera y fue golpeado por varios policías fuera de turno, y amenazado con armas e insultado con peyorativos racistas. Luego de un reporte en la prensa del caso, la fiscalía abrió la investigación y condenó a siete policías de departamento, uno de los cuales tenía un tatuaje de The Punisher. 

En St. Louis, el presidente de la Asociación de Oficiales de Policía le pidió a los agentes compartir una calavera llamada “Thin Blue Line Punisher” que combina el cráneo estilizado del cómic con la bandera de uno de los muchos movimientos de apoyo a la policía que han surgido en el marco de las denuncias y protestas por abuso policial, encarnadas en gran medida por las movilizaciones de Black Lives Matter. El presidente de la asociación de policías de St. Louis sacó un comunicado donde pide usar el símbolo de la calavera de la línea azul en apoyo a los policías investigados por abuso policial y racismo en su ciudad.

Otras calaveras, otros hombres armados

Y como siempre, volvemos a los nazis. 

El uso de la calavera como iconografía en entornos bélicos tiene varios antecedentes que nos dicen más sobre este símbolo en nuestra cultura.

El primero de ellos es la Jolly Roger, la bandera negra de los piratas (aquella calavera con las tibias cruzadas) que comienza a aparecer en los mástiles de barcos en el océano Atlántico a finales del siglo XVII y durante las primeras dos décadas del siglo XVIII. Las banderas son de suma importancia para el mundo naval, son herramientas para comunicar información a larga distancia antes de los radios y son también la principal forma que tiene un barco de identificarse como parte soberana de un país. La Jolly Roger era el emblema de los piratas que en ese entonces eran conocidos como “villanos de todas las naciones”. Enarbolar la bandera negra era renunciar a una nacionalidad y elegir la vida como forajido apátrida.

La Jolly Roger encarna diversos simbolismos aún vigentes hoy, siendo el más obvio el de inspirar terror. El cráneo con los huesos cruzados se asocia a la muerte, y pretende inspirar miedo, como puede comprobarse en los empaques de ciertas sustancias químicas o en letreros que prohíben el acceso a zonas de peligro. El cráneo es, además, la personificación de la muerte en todo tipo de tradiciones relacionadas con la religión cristiana, donde no sólo aparece para inspirar miedo sino, por el contrario, como una celebración de la vida que se fundamenta, justamente, en recordar que somos mortales. Este motivo simbólico se conoce como memento mori y es muy común, por ejemplo, en la celebración del día de los muertos en México o en la santería caribeña, o incluso en diversos carnavales de Latinoamérica.

El cráneo con huesos cruzados aparece en otro lugar, durante el mismo siglo que la bandera pirata y en un contexto aún más relevante. En esta versión, se lo conoció como la totenkopf, o la “cabeza de muerto” en alemán. Esta insignia aparece en los uniformes negros del quinto regimiento de húsares del Coronel Van Ruesch, una unidad de caballería del ejército del rey de Prusia, Federico II el Grande. 

"El cráneo blanco es insignia militar que significa entregarse hasta la muerte por una causa. Es un emblema de quienes imponen y sufren la muerte como forma de vida"

El cráneo sigue apareciendo y desapareciendo a lo largo de la historia de Prusia y Alemania, resurgiendo en 1809 durante las guerras napoleónicas en los escuadrones de la Legión Negra, un cuerpo militar al mando del duque de Brunswick, enemigo de Napoleón. Vuelve en los uniformes de las Sturmtruppen a finales de la primera guerra mundial y en las tanquetas de los Freikorps, un cuerpo paramilitar contrarrevolucionario que se formó durante la República de Weimar. Finalmente, la calavera prusiana aparece, otra vez, en las gorras de los guardaespaldas de Hitler que luego se convertirían en la Schulzstaffel, la organización paramilitar nazista más conocida como la SS, y encargada de todo tipo de proyectos totalitarios, como la policía secreta o los campos de concentración y exterminio, entre otros. Según la biografía del arquitecto del Holocausto y director de la SS, Heinrich Himmler, este se refirió a la totenkopf así:

“Der Totenkopf ist die Mahnung, jederzeit bereit zu sein, das Leben unseres Ichs einzusetszen für das Leben der Gesamtheit”

Que traduciría algo así como: “el cráneo es el recordatorio de estar siempre listo para entregar nuestra vida en beneficio de la vida de todos”. El cráneo simboliza la entrega personal a la causa del nazismo por parte de los miembros más fanáticos del ala paramilitar del partido político, la SS. 

El cráneo blanco es insignia militar que significa entregarse hasta la muerte por una causa. Es una advertencia de muerte y peligro. Es un símbolo de forajidos y rebeldes. Es un desafío a nuestra mortalidad. Es un emblema de quienes imponen y sufren la muerte como forma de vida.

El símbolo del criminal

Dice Marx que la historia se repite dos veces, la primera vez como tragedia, y la segunda como farsa. Y así como en los años cuarenta del siglo XX, la calavera prusiana sería cooptada por el nazismo, en los últimos años del siglo XXI, la historia se repetiría como farsa, cuando la calavera blanca de The Punisher, sería cooptada por grupos neonazis, supremacistas y milicias estadounidenses en los últimos años del siglo XXI hasta que, como vuelo de superhéroe, terminó en las calles de Colombia y en los chalecos de un sector de la sociedad que se ha armado para disparar contra civiles y de una policía que semana a semana acumula denuncias de violencia homicida.

Gerry Conway, el creador de The Punisher, se ha expresado al respecto de esta proliferación de su símbolo en el contexto actual de ultraderechistas:

“Para mí, es perturbador cada vez que veo figuras de autoridad celebrando la iconografía del Punisher […] cuando los policías ponen calaveras del Punisher en sus autos o los miembros del ejército usan parches de calavera de Punisher, están básicamente del lado de un enemigo del sistema. Están adoptando una mentalidad de forajidos. Tanto si crees que Punisher está justificado como si no, si admiras su código de ética, él es un bandido, ​un criminal. La policía no debería adoptar a un criminal como su símbolo”.

El mismo Frank Castle, en la entrega de Julio 10 de 2020 del cómic, ha manifestado su desacuerdo con el uso por parte de la policía del logo de The Punisher. En una de sus más recientes entregas, el Punisher es descubierto en una de sus operaciones cladnestinas por un grupo de oficiales locales de policía. Al comienzo cree que va a ser capturado, pero luego los policías le manifiestan su apoyo, mostrándole las calcomanías de su calavera que ponen sobre sus patrullas. Frank Castle arranca las calcomanías y pasa a explicarles lo absurdo de apoyarlo como agentes del orden, parafraseando las críticas que ha hecho el creador del cómic a este uso del símbolo.

Del ejército y los grupos nazis al cómic y de vuelta al ejército y los neonazis, sólo para volver al cómic. La calavera ha sido históricamente un símbolo de muerte y desafío a la ley que refleja la entrega absoluta de quienes la usan a una causa justiciera. La calavera es símbolo de una violencia particularmente masculina, de una muerte que no teme la muerte o el autosacrificio, pero que defiende la violencia como un recurso heroico para hacer lo que entienden como justicia. Una fantasía de poder, una promesa de que, si se ponen ropa negra, asumen una disciplina militar y salen a las calles con pistolas, podrán arreglar los males del mundo, darle baja a los villanos y salir del otro lado como héroes.

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Tesis de bolsillo

Tesis de bolsillo es una serie de video-ensayos que explican temas de la cultura pop en el contexto latinoamericano. Es coproducida por Sillón estudios y Cerosetenta en Bogotá, Colombia.


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