Día 5: guayabo y cascadas Además de una mañana lenta, y de muchas entrevistas, hubo tiempo para las cascadas.
Además de una mañana lenta, y de muchas entrevistas, hubo tiempo para las cascadas.
Además de una mañana lenta, y de muchas entrevistas, hubo tiempo para las cascadas.
El viche, su amnesia y la anamnesis acompañaron la llegada del día miércoles.
Se realizó consejo de redacción después del desayuno, como de costumbre. Todos hicieron sus entrevistas y tomas temprano, pues antes de las 10:30 a.m. ya habíamos zarpado para La Sierpe, una de las islas del archipiélago de Bahía Málaga. En el viaje, entre canales que horas antes eran extensiones de fango innavegables a causa de la marea baja, Ernesto describió la selva frondosa como brócoli y los guías explicaron algunas de las variedades de mangle que se podía observar. Al llegar a destino, el grupo dedicó gran parte del tiempo a bañarse en las dos imponentes cascadas de La Sierpe, salvo Víctor, quien esperó en la lancha. Hubo competencia de nado y Ernesto se dedicó a la observación detallada de un molusco que halló sobre una piedra. Después partimos hacia un sitio cercano, donde María realizó una entrevista en compañía de Gabriel y María José. Entretanto, el resto esperó aprovechando para conocer más sobre los otros. Regresamos bastante tarde a La Plata para almorzar y cenar casi de seguido. Todos muy cansados.