1. «Los dictadores se liberan a sí mismos, pero esclavizan al pueblo»
En 1940, Charles Chaplin, en su película El Gran Dictador, protagoniza una sátira alrededor de Adolfo Hitler, Benito Mussolini, el fascismo, el antisemitismo y los nazis. Encarna dos personajes: un barbero judío perseguido y un dictador temible. El barbero haciéndose pasar por Adenoid Hynkel —el dictador— vocifera un discurso de esperanza, de hermandad y buena voluntad. “…En el nombre de la democracia, usemos el poder, unámonos, luchemos por un nuevo mundo, un mundo decente que de la oportunidad de trabajar a los hombres; que nos de un futuro, una vejez y seguridad. Con la promesas de todo esto, brutos han llegado al poder, pero mienten, nunca cumplirán sus promesas. Los dictadores se liberan, pero esclavizan al pueblo. Ahora luchemos para cumplir esas promesas, luchemos para liberar al mundo, para destruir las barreras nacionales, para deshacernos de la avaricia, del odio y la intolerancia. Luchemos por un mundo de razones, por un mundo donde la ciencia y el progreso conduzca a todos los hombres a la felicidad. Soldados, en el nombre de la democracia, unámonos”. Así, el barbero hace creer a los soldados que el corazón de Hynkel se ha transformado.
2. «La galaxia ha cambiado la guerra por la paz y la anarquía por estabilidad»
En el año 19 BBY perdieron los buenos en el universo de Star Wars. Palpatine –también Darh Sidious, Lord Oscuro de los Sith- convirtió la República Galáctica en un imperio y declaró su enemistad a los Jedi. Se proclamó único Emperador y ante el senado pronunció su primer discurso. “Un imperio continuará bajo este augusto cuerpo y dirigente soberano escogido por la vida. Un imperio gobernado por la mayoría, gobernado por una nueva constitución”, dijo enfático. Habló de estar juntos, de eliminar la burocracia, de defender ideales y de unir fuerzas. Para Padme Amidalá —senadora de Naboo— la libertad murió con un estruendoso aplauso, pero para el Emperador Palpatine comenzaron mil años de paz.
El discurso completo fue escrito por Mathew Stover, autor de las novelas del universo expandido de Star Wars, y aparece en su tercer libro Star Wars: Revenge of the sith basado en la película Episodio III y publicado en abril del 2005. A Stover también le pertenecen The New Jedi Order: Traitor, Star Wars: Shatterpoint, Luke Skywalker and the Shadows of Mindor y The Tenebrous Way.
3. «¿Por qué no podemos llevarnos bien?»
En 1996 el director estadounidense Tim Burton presentó Mars Attacks! la adaptación al cine de una serie de cromos publicada en la década de los sesenta. En la película un ejercito de hombrecillos verdes, de ojos gigantes y cuerpos flacuchos, invaden la tierra mientras James Deal, el presidente de los Estados Unidos interpretado por Jack Nicholson, intenta a toda costa evitar una confrontación armada por lo que él llama un «malentendido cultural». Sin embargo, los marcianos son invitados a hablar al Congreso de Estados Unidos, pero allí acaban con gran parte de los congresistas, luego con la Casa Blanca y finalmente con Deal, que muere tras un muy sentido discurso que busca la sana y pacífica convivencia entre terrestres y marcianos. «¿Por qué? ¿No es el universo lo suficientemente grande para los dos? ¿Qué está mal con ustedes? Podemos trabajar juntos», dice Deal y agrega: «No hay nada que [juntos] no podamos conseguir. Piénsenlo. ¿Por qué destruir si podemos crear? Podemos tenerlo todo».
Al final una tierna lágrima sale del ojo del embajador marciano, quien estira la mano para un apretón…pero no resulta como Deal y los terrícolas lo esperan.
Por encima de la aparente superficialidad de la cinta, la película recibió muchos halagos por el humor que tiene, por cómo se burló de los discursos de patriotismo y de guerra que películas de los noventa implantaron en las cabezas de toda una generación (como El día de la independencia). El discurso de Deal es una sátira a la hipocresía de la política de guerra y del no respeto a la diferencia.
4. “¡Siéntense y conversen!”
No es un juego, dice el Doctor: “es una modelo escala de la guerra”. El protagonista de Doctor Who, la serie inglesa que durante cincuenta ha contado las aventuras de un viajero del tiempo, tiene enfrente suyo a los líderes de dos ejércitos que podrían acabar con el mundo oprimiendo un botón. “Cada guerra que se ha peleado está justo en frente suyo”, les dice, “¡Siempre es lo mismo! Cuando se dispara esa primera bala, sin importar qué tan bien se sienta, nunca se sabe quien va a morir”. Lo que viene es un discurso de cinco minutos en el que el viajero en el tiempo de más de 2000 años habla de perdón y del valor de cambiar de opinión.
[BONUS TRACK] Paths of Glory
En una de las películas clásicas del género (¿anti?) bélico, y una de las menos conocidas de Stanley Kubrick, cada escena es una dura crítica a los efectos deshumanizantes de la guerra. Sin embargo, una de las secuencias más impactantes es la última. Una presa alemana es obligada a cantar en frente de sus captores franceses. Hoy, esta escena es un clásico del cine.