En la última pregunta de la Consulta Anticorrupción se propone que no existan los ‘atornillados’ en el poder: congresistas que se eternizan en su puesto. Esta última pregunta tiene una representación gráfica en el imaginario colectivo del país. Se trata del eterno Roberto Gerlein, que tiene el récord de mayor permanencia: 50 años. Se eligió por primera vez para cámara en 1968 y luego, en 1974, como senador. Este año abandonó el Capitolio. En el 2006 se realizó un sondeo en la Cámara de Representantes en el que Gerlein fue escogido como el “invisible” por ser intrascendente y no ser relevante dentro de ese periodo legislativo. En los últimos años ha dado mucho de qué hablar: con sus declaraciones en contra de los homosexuales en 2012, su oposición a la reducción del salario de los congresistas en el 2016 y sus más de ocho mil votos en 2018 a pesar de haber rechazado la reelección a Congreso. Gerlein es hoy, además, un meme que inunda las redes con fotos en los que aparece dormido en el Senado.
La pregunta número siete de la consulta busca acabar con los atornillados como Gerlein. La propuesta es sencilla: imponer un máximo tres periodos en corporaciones públicas de elección popular, como el Senado de la República y la Cámara de Representantes. Pero para muchos esta pregunta tiene un problema importante: ¿Qué pasa con todos los otros congresistas que han hecho un gran trabajo y que se han elegido más de tres veces?
No es la primera vez que sale esta discusión. En 1998, el senador Juan Fernando Cristo buscaba una iniciativa similar. Con el proyecto de ley 06 de 1998 el entonces senador planteó que los congresistas solo fueran elegidos en una ocasión; pero el proyecto se archivó por vencimiento de términos. Irónicamente, Cristo estuvo alrededor de veinte años en el Capitolio. El segundo intento fue el proyecto de acto legislativo 06 en el 2000. Este planteaba que no fueran más de dos períodos legislativos consecutivos. Y ahora, como si la tercera fuera la vencida, lo planteado en la Consulta es que haya un máximo de tres períodos legislativos.
Atornillados hay para bien y para mal. Si la pregunta 7 de la Consulta se aprueba, los colombianos no tendríamos un caso más como el de Roberto Gerlein. Pero tampoco tendríamos a muchos otros que han sido elegidos mejores senadores una y otra vez.
Laura Wills, directora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes, señala la poca relación que hay entre la cantidad de períodos legislativos de un congresista y la corrupción: “Hay congresistas muy buenos que han estado mucho tiempo, al igual que los malos; y pasa lo mismo con quienes se han quedado poco: hay malos y buenos”. Para Wills, la corrupción se da cuando el congresista no legisla, sino que se dedica a acumular poder alimentando sus redes locales. Eso lo puede hacer con poco o mucho tiempo.
Hay senadores y representantes que quieren quedarse varios periodos porque tienen la ambición de hacer una carrera en el Congreso: “Muchos aspiran a eso porque el Congreso les da la posibilidad de saltar de la Cámara al Senado y es allí donde se quieren quedar. Ahí es donde pueden tomar decisiones influyentes que no podrían tomar en otros cargos de elección popular”, señala Wills y agrega que esa es una ambición legítima.
Claro, atornillados hay para bien y para mal. Si la pregunta 7 de la Consulta se aprueba, los colombianos no tendríamos un caso más como el de Roberto Gerlein. Pero tampoco tendríamos casos como el de Jorge Enrique Robledo, quien ha sido senador desde 2002 y en su segundo periodo lideró la oposición al TLC con Estados Unidos, los debates de control político a Andrés Felipe Arias, el debate en contra de las bases norteamericanas en Colombia y el debate a los negocios de los hijos del expresidente Uribe. En 2016 fue elegido por quinta vez consecutiva como el mejor senador de Colombia.
Tampoco tendríamos a Gustavo Petro, quien empezó en la Cámara de Representantes en 1998. Ha sido una las cabezas más importante de la oposición, sobre todo, con sus críticas al gobierno Uribe sobre el paramilitarismo y sus denuncias a varios procesos de corrupción dentro de los gobiernos, como el mal manejo de fondos públicos de la Dian durante el gobierno de Pastrana. Nos quedaría solo un período más con Angélica Lozano, elegida como la mejor Representante a la Cámara en el panel de Opinión de Cifras y Conceptos por su trabajo de 2014 a 2018. Y por último, solo tendríamos la posibilidad de tener a Claudia López como congresista dos veces más, sabiendo que fue ella quien destapó la parapolítica en el país y fue una de las cabezas importantes de la oposición del gobierno Santos.
Los especialistas se hacen con el tiempo. Por eso, dice Laura Wills, solo con varios períodos legislativos un político va a tener gran experiencia y trayectoria, va a conocer la política y va a saber cómo es que se toman las decisiones.
La última pregunta de la consulta anticorrupción de este 26 de agosto puede representar un riesgo. Para Wills, la corrupción se puede atacar con otros mecanismos como la rendición de cuentas que permitan que la carrera de los congresistas sea más transparente: “La limitación de los periodos legislativos, no es una respuesta efectiva a la corrupción”, asegura.