La convivencia entre los colegios Usaquén, el Instituto Pedagógico y Los Reyes Católicos, que albergan estudiantes de distintos estratos sociales y comparten una misma manzana en el Norte de Bogotá, se vio interrumpida por la inclusión de una polisombra en una reja. Fue hace 5 años cuando el rector de turno de Los Reyes Católicos, colegio manejado por la embajada de España en Colombia con alumnos de estratos 5 y 6, decidió poner un límite con el colegio distrital Usaquén, de estratos más bajos.
La reja fue el detonante. “Antes de eso ni los niños de aquí miraban para allá ni los de allá para acá. Si un balón caía al otro lado, era perdido. No había interacción. Simplemente, los del Usaquén pensaban que los de Los Reyes eran creídos y los de Los Reyes que los del Usaquén eran todos unos ñeros. Con la reja, algunos estudiantes fueron a lanzar piedras al otro colegio”, explica William Herrera, representante del proyecto Fronteras que plantea actividades en conjunto entre las tres entidades educativas para garantizar la convivencia de los distintos estudiantes.
Los del Usaquén pensaban que los de Los Reyes eran creídos y los de Los Reyes que los del Usaquén eran todos unos ñeros
Lo que antes era una interacción nula se convirtió en una preocupación para estudiantes y padres de familia de la comunidad del colegio distrital, acrecentando la diferenciación social y el miedo a una intervención mayor que afectara el funcionamiento del colegio público. “Hubo riñas y problemas. Sobre todo porque también corrieron los límites […] La sensación fue que le iban a quitar terreno a los pobres para dárselo a los ricos”, afirma Floralba Venegas, docente del colegio Usaquén.
La llegada de una nueva dirección al colegio español cambió el panorama. Luis Fernández, actual rector de Los Reyes Católicos, se reunió con sus pares vecinos para encontrar una solución. Quitó la polisombra y planteó la necesidad de elaborar un proyecto en el que las tres instituciones y sus estudiantes compartieran experiencias. Así nació Fronteras, un plan de convivencia que propone actividades de integración, campeonatos deportivos intercolegiales, recreos compartidos y foros académicos y culturales.
Además, Los Reyes Católicos abrió sus fronteras para compartir infraestructura. Su auditorio, dotado como centro cultural de primer nivel, se presta ahora para los grados del colegio Usaquén, que al no tener este tipo de espacios se veía forzado a alquilar un lugar acorde para cada uno de sus eventos, representándole una inversión de más de 3 millones de pesos por actividad.
El proyecto Fronteras ha mejorado la convivencia entre los estudiantes de las distintas instituciones tanto en un entorno escolar interno como externo. Según el estudio Bogotá Cómo Vamos, publicado en marzo de 2017, de todos los casos que alteran el clima escolar en colegios distritales, el 22 % son por conflictos internos y tasas de violencia. Para esto Los Reyes Católicos compartió con el Usaquén el plan Mediación, ejercicio en el que se promueve el diálogo para solucionar conflictos internos entre alumnos.
Según William Herrera, un 30 % de estudiantes del colegio Usaquén están involucrados en Fronteras y su objetivo es alcanzar a todos los alumnos de la institución educativa. El proyecto además ha sido presentado como ejemplo en el Premio Compartir al Maestro y han venido expertos de países como México a conocerlo. Algunos colegios distritales, como el Agustín Fernández, también se han ido uniendo poco a poco a la iniciativa.
“Esperamos poder dejar un documento escrito para darle continuidad al proyecto en el tiempo, aunque la verdadera continuidad la dan los estudiantes”, concluye Herrera.