Esta semana corrieron rumores de que el reconocido filósofo Noam Chomsky había fallecido. La noticia resultó ser una falsa alarma.
En Cerosetenta decidimos aprovechar esta falsa coyuntura –de una noticia que por fortuna terminó no siendo cierta– para preguntarnos por el legado del pensador estadounidense. ¿Cuál ha sido el lugar de Chomsky en la filosofía contemporánea? ¿Por qué su figura es tan valorada en la izquierda?
Hablamos con Tomás Barrero, profesor del Departamento de Filosofía en la Universidad de los Andes, para entender seis ideas que Noam Chomsky nos ha dejado a partir de la filosofía del lenguaje.
1. Las gramáticas son órganos mentales
Para Chomsky, el lenguaje es una capacidad innata y universal del ser humano, codificada en nuestra mente como una facultad cognitiva específica. La estructura biológica del cerebro permite el desarrollo y el uso del lenguaje.
Tomás Barrero: “a pesar de que usted y yo tenemos gramáticas diferentes porque no tenemos la misma mente, cada cual tiene un órgano mental que es su gramática. Sin embargo, esas dos gramáticas funcionan más o menos de acuerdo con las mismas restricciones, y eso significa que la manera en que yo formo las oraciones y la manera en que usted forma sus oraciones es fundamentalmente la misma. Esto no pasa porque yo pueda entrar en su mente, sino básicamente porque nuestros sistemas de conocimiento comparten las mismas restricciones innatas”.
2. Chomsky le dio a la lingüística contemporánea un vocabulario y métodos acordes con su época
Tomás Barrero: “lo que hizo Chomsky fue básicamente incorporar una serie de herramientas que venían de la lógica matemática al estudio del lenguaje humano. Incluso su noción de gramática está basada en unas ciertas nociones de lo autómata, pero de una manera muy crítica. Chomsky no cree que que seamos autómatas, pero sí le parece que esa teoría en donde ciertos sistemas generan símbolos con determinado orden pueden explicar cómo funciona la gramática. Y eso no había sido planteado. Había habido intentos en otras áreas, pero no en el área de la lingüística”.
3. Para este filósofo anarquista, la mente humana es un espacio que impone sus propias reglas
Tomás Barrero: “entender la inteligencia en sus propios términos es un pensamiento revolucionario. Porque significa que nosotros tenemos la capacidad de entender por qué hacemos lo que hacemos sin que una fuerza externa nos diga por qué hacemos lo que hacemos. Y Chomsky siempre está peleando con la idea de formar una opinión pública a partir de la propaganda política. Ya que esto implica no dejar que la gente desarrolle su propia inteligencia, que es un fenómeno natural. A él le parece que esta idea de fabricar consensos, generar propaganda o utilizar métodos conductistas de educación es algo antinatural. Un pensamiento que es incómodo para muchas personas, porque en el fondo es una forma de anarquismo, pero es un anarquismo racionalista. El pensamiento dice que todos tenemos la misma capacidad de comprensión y por lo tanto las relaciones de poder no pueden ser establecidas a la fuerza, tendrían que ser establecidas de otra manera o si son establecidas a la fuerza, no tienen por qué ser vistas como legítimas”.
4. La inteligencia artificial no nos va a enseñar nada sobre la inteligencia humana
Tomás Barrero: “de hecho, lo que él dice es que el Chat GPT es una excelente herramienta para el plagio, nunca antes se había encontrado una mejor herramienta para plagiar. Pero le preguntan. Y le dicen ‘¿qué nos va a enseñar sobre la inteligencia humana?’. Y él responde: ‘absolutamente nada’.
Porque la inteligencia humana no funciona de esa manera; funciona en sus propios términos. Pero yo creo que ahí hay una cosa que es interesante y es esta necesidad de los seres humanos de buscar afuera para encontrar adentro (…) la inteligencia artificial nunca va a ser imprudente, ni creativa porque siempre va a contestarnos lo obvio. Lo que es en realidad todo lo contrario a como funciona la verdadera inteligencia. Chomsky se pregunta ¿qué tiene que ver eso con la mente humana y con la capacidad de conocimiento? Eso es una categoría tecnológica y lo nuestro es una categoría biológica. Ir tras la IA es un poco un retroceso biológico, si se ve desde esta perspectiva”.
5. No hay que doblegarse ante el poder político y mediático
Tómas Barrero: “si Donald Trump le escribe a Chomsky un correo –no ahora pero cuando estaba bien–, no hay la menor posibilidad de que Chomsky le conteste. Pero si un estudiante de la Universidad de los Andes le escribe un correo a Noam Chomsky preguntándole algo, ahí sí le va a contestar.Él es un personaje anarquista que no corre tras el que tiene poder. Es una persona que pasó toda su vida enfrentándose con el poder político y el poder mediático. Claro, eso no significa que todas sus peleas hayan estado bien enfocadas, pero eso ha ayudado a que Chomsky se volviera un ciudadano del mundo. Creo que un adolescente africano se puede identificar con Chomsky como un estudiante de pregrado colombiano, así como un joven palestino, porque básicamente, a pesar de que es un súper lingüista y uno de los genios del siglo XX, es crítico de las mismas estructuras de poder”.
6. Es un total inconforme con tradiciones como el cristianismo y, sobre todo, con el sionismo
Tomás Barrero: “es curioso porque Chomsky es de origen judío. Sus críticas hacia sucesos, como lo que está pasando en Palestina, vienen desde antes; desde intervenciones militares previas, como la de Vietnam. Para él esto de Palestina es una forma de ingeniería social, lo que es en pocas palabras un desastre. ¿Cómo imaginar un mundo feliz, pero un mundo feliz en el que no caben los palestinos? Si se entiende que todos somos naturalmente innatos a usar la inteligencia creativa, etc. El principio fundamental es que como especie todo el mundo es humano. Entonces todos los que están siendo atacados lo son y los que viven del otro lado también. Oprimir al otro es intentar decir que el otro es infrahumano, es negarse a reconocer su humanidad”.