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Desinformación en tiempos de pandemia 

La desinformación en internet se mueve rápido y en tiempos de coronavirus, los medicamento se han vuelto un tema recurrente. En este proceso no sólo juegan las redes sociales. También los medios tradicionales y hasta las autoridades colombianas que guardan silencio.

por

#Política&Redes

Grupo de investigación del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes


15.06.2020

En #Política&Redes del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes sabemos que cerca del 10% de los dominios más compartidos en Facebook Colombia pertenecen a portales orientados a dar consejos sobre salud, la mayoría de veces sin brindar soporte científico. La desinformación en línea sobre salud es común, especialmente cuando se trata de enfermedades transmisibles como Ébola, Zika, Chikunguña, o el nuevo coronavirus. Este tipo de desinformación se difunde más rápido y es más popular que la información veraz. Por eso, no sorprende que en la coyuntura del covid-19 abunden las noticias falsas o engañosas. Por ejemplo, aunque aún no hay evidencia científica para afirmar que algún fármaco es efectivo para el tratamiento del covid-19, en las últimas semanas alrededor del mundo han circulado noticias y rumores que aseguran que se ha descubierto este o aquel tratamiento. En este artículo analizamos la difusión de esta desinformación en Colombia durante los meses de marzo, abril y mayo.

Analizamos la información falsa o engañosa relacionada con cinco medicamentos que han sido anunciados erroneamente como tratamientos para el nuevo coronavirus —interferón, hidroxicloroquina (o cloroquina) , azitromicina, remdesivir e ivermectina—. Éstos son los medicamentos que más se han mencionado en Colombia al hablar de tratamientos contra el covid-19, de acuerdo con un monitoreo cualitativo de noticias y posts en redes sociales que realizamos durante marzo y abril. Decidimos concentrarnos en la desinformación sobre medicamentos, dejando de lado aquella que hace mención a tratamientos alternativos, porque en el caso de los medicamentos, al estar relacionada con la interpretación errónea de investigaciones científicas, la desinformación ofrece un caso interesante para analizar las complejidades de comunicar resultados científicos y los retos que plantea la instrumentalización de la ciencia.

Nuestro análisis muestra que en Colombia, como en otros países de la región, el interés por un medicamento crece rápidamente cuando se anuncia que puede ser usado como tratamiento contra el covid-19, pero decae igualmente rápido. Los colombianos no sólo consumen información sobre los medicamentos; también producen noticias y posts en redes sociales que en general tienen un tinte de desinformación y polarización. Los medios de comunicación tradicionales juegan un papel importante en esta dinámica: generan contenido en el que sobresimplifican los resultados de las investigaciones acerca de los medicamentos y replican información falsa, o al menos dudosa, que es viral en redes sociales. Mientras tanto, las autoridades colombianas generalmente guardan silencio sobre esta desinformación.

1. La desinformación es dinámica

Rastreamos las búsquedas en Google sobre los cinco medicamentos seleccionados y observamos que efectivamente la ciudadanía ha buscado informarse sobre ellos durante la pandemia. Encontramos, además, que el interés por estos medicamentos cambia rápidamente. A mediados de abril, por ejemplo, el interés por el interferón se había prácticamente desvanecido, mientras que las búsquedas por remdesivir apenas estaban creciendo. La hidroxicloroquina es el único medicamento por el que se ha mantenido interés durante más de un mes.

El interés por estos medicamentos surge en momentos similares en distintos países de América Latina, lo que indica que hay un origen compartido de la desinformación (que puede ser una declaración de Trump, la publicación del preprint de un paper o, de forma más general, una noticia con alcance internacional). Sin embargo, la magnitud del interés por cada medicamento varía en los distintos países. Por ejemplo, el interferón no ha sido un tema relevante en Brasil, donde se observan ante todo búsquedas de información sobre la hidroxicloroquina. La azitromicina y la ivermectina han recibido mayor atención durante las últimas semanas en Perú, al tiempo que la crisis por el virus se agudiza en este país. El remdesivir, por su parte, ha recibido mucha más atención en México que en el resto de los países monitoreados. En Ecuador, un país particularmente afectado por el virus, el interés por estos medicamentos tiende a ser más persistente.

El interés por un tema se traduce en publicaciones sobre éste. El volumen de publicaciones relacionadas con estos medicamentos en páginas y grupos públicos de Facebook, así como en medios de comunicación colombianos siguen patrones similares a los de las búsquedas en Google.

2. La desinformación se alimenta de la esperanza

Aunque la mayoría de información relacionada con los medicamentos monitoreados y publicada en las páginas y grupos públicos de Facebook Colombia durante los meses de marzo, abril y mayo no es del todo falsa, sí suele ser engañosa. Incluso los medios tradicionales, que son las fuentes que generan más interacciones en Facebook, tienden a exagerar los resultados positivos de estudios preliminares sin indicar, por lo menos en el preview de Facebook, que en todos los casos la evidencia científica sigue siendo a lo sumo preliminar y claramente insuficiente.

 

 

3. La desinformación y la polarización van de la mano

 

 

Las palabras más utilizadas en los posts realizados en Twitter y páginas y grupos de Facebook muestran que a la hora de hablar de estos medicamentos es usual hacer énfasis en las autoridades o instituciones (científicas o no) que los respaldan. Mientras en los posts sobre interferón sobresalen las menciones sobre el origen cubano del medicamento y se menciona a Nicolás Maduro o Gustavo Petro, al hablar hidroxicloroquina y azitromicina se suele hacer referencia a Donald Trump y, especialmente en Twitter, a Jair Bolsonaro y Terça Livre, uno de los principales portales bolsonaristas -que recientemente fue intervenido por la policía federal de Brasil por fake news. En la discusión sobre remdesivir se alude a Gilead (la empresa que lo comercializa) y en la de Ivermectina a los investigadores australianos que realizaron un estudio sobre sus efectos contra el covid-19.

Este énfasis con frecuencia se hace para promover posturas políticas, especialmente en Twitter. Tanto en Facebook como en Twitter, muchos de los posts que mencionan el interferón enaltecen a (o denigran de) el gobierno cubano y mencionan a figuras políticas de izquierda como Gustavo Petro y Nicolás maduro. El cubrimiento sobre hidroxicloroquina y azitromicina parece más informativo en Facebook, pero los tuits más retuiteados que mencionan a estos medicamentos tienen una carga política clara. Incluso algunos de los tuits sobre remdesivir tienen una inclinación política evidente.

La politización de la conversación también se hace evidente al ver las fuentes que publican información sobre los medicamentos en Facebook. Mientras en las Fan Pages de Noticias 1, Antioquia Humana y la FARC se publica información sobre el interferón, en Mises Report y NTN 24 publican información de la hidroxicloroquina.

4. La prensa tradicional: un actor importante en el ecosistema de desinformación

Las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales no son canales de comunicación que actúan por separado. Estamos frente a un ecosistema con intersecciones entre el contenido que se difunde en estos dos ámbitos. Ocho de las diez cuentas con mayor número de interacciones entre las publicaciones de Facebook relacionadas con los medicamentos monitoreados pertenecen a medios tradicionales nacionales. Las publicaciones de estas cuentas fueron compartidas 65415 veces, el 53% del total de veces que se compartieron posts sobre los medicamentos.

Desafortunadamente, este alcance en redes no se usa en general para combatir la desinformación. De hecho, como se mencionó antes, una característica que tienen en común la mayoría de los posts más populares es que transmiten desinformación tratando de vender una esperanza infundada. Sólo dos de las 10 publicaciones más compartidas en Facebook informan y advierten, desde el mismo titular, acerca de las complejidades del tema.

Incluso los medios que son menos populares en redes sociales se alimentan de ellas, exacerbando la desinformación. Es el caso del periódico local El Extra que en una publicación difundida en 14 periódicos locales usó este tuit con información engañosa. Ésta fue la publicación proveniente de redes sociales más replicada en medios de comunicación colombianos.

Trino engañoso citado en los distintos portales de El Extra

Por último, los medios no son islas. Cada artículo que generan cita fuentes externas, lo que teje una red de acceso a la información. La siguiente gráfica representa esta red. Cada nodo corresponde a un medio de comunicación nacional o a una fuente citada por ellos en los artículos en línea sobre los medicamentos monitoreados. Por ejemplo, El Espectador está conectado con Nature porque cita esta fuente, y con Pulzo porque es citado por este portal. En esta red hay grupos de nodos más conectados entre sí que con otros. Estos clusters se representan con colores diferentes. Aunque para encontrar los grupos sólo se tiene en cuenta la estructura de la red, encontramos coincidencias en los tipos de medios que hacen parte de cada cluster. Por ejemplo, los medios nacionales más conocidos, como El Tiempo, RCNradio y La Silla Vacía, se encuentran en el cluster naranja que cita publicaciones de prensa tradicional extranjera como La Vanguardia, BBC o CNN. El Espectador se encuentra en otro cluster, el verde, porque su estrategia ha consistido en consultar directamente fuentes académicas como Nature o el NIH, no prensa internacional. En el cluster amarillo se encuentran varios de los miembros de la red de fact checkers latinoamericanos #CoronaVirusFacts, de la que hace parte Colombiacheck. Desafortunadamente, este medio no es citado por otras fuentes nacionales.

Fuente: mediacloud.org

En esta versión interactiva de la red se pueden examinar los miembros de cada cluster y las conexiones de cada uno de los nodos.

5. ¿Y las autoridades nacionales? Mudas ante la desinformación

Extrajimos todas las publicaciones realizadas en Twitter durante el 2020 por 60 cuentas oficiales de autoridades nacionales y locales. Encontramos que su actividad en redes ha aumentado en buena proporción desde mediados de marzo, es decir, con la llegada de la pandemia. Sin embargo, ha sido prácticamente inexistente cualquier actividad de su parte relacionada con mitigar o desmentir la desinformación asociada a los medicamentos que hemos estudiado. Descargamos 64831 tuits, pero sólo encontramos 9 tuits relacionados con los medicamentos, específicamente con la hidroxicloroquina y la azitromicina. El INVIMA ha intentado combatir la desinformación, pero el alcance de su cuenta es muy bajo. La respuesta del gobierno es incompleta y lenta. No se ha pronunciado frente a rumores sobre el interferón, remdesivir o la ivermectina y se pronunció sobre la hidroxicloroquina el 7 de abril, a pesar de que los rumores sobre este medicamento empezaron a difundirse en el país el 19 de marzo.

Nuestros hallazgos muestran que, en el contexto de la pandemia del covid-19, incluso la información médica y científica está mediada por las emociones y la ideología. Comunicar en un contexto tan incierto y con tan alta demanda de información es un reto grande, que los medios de comunicación deben asumir con responsabilidad. Anteponer la simplicidad de la esperanza a la complejidad de la información científica está promoviendo la desinformación. El rol de medios como El Espectador o Colombiacheck es vital para disminuirla, pero es insuficiente. Los mensajes engañosos siguen predominando. El silencio de las autoridades tampoco ayuda. Es claro que en estos momentos afrontan múltiples retos, pero eso no justifica su silencio frente a desinformación que puede ser riesgosa para la salud de los colombianos.


En esta investigación usamos datos de Google Trends para monitorear las búsquedas realizadas entre marzo 1 y mayo 25 de 2020. Además usamos Crowd Tangle, las APIs Standard Search y Standard Stream de Twitter y mediacloud.org para monitorear las publicaciones realizadas en Colombia en Facebook, Twitter y prensa tradicional entre el 10 de marzo y el 25 de mayo de 2020.

[N. de la E. después de publicada esta historia, el 21 de julio hicimos un par de ajustes para precisar la información en el punto 4. Estos cambios no cambian el sentido original de la nota.]

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