«Gabriel Lima está convencido de que el mundo exterior es dañino para su familia y ha mantenido encerrados a su esposa Beatriz y a sus hijos por 18 años. La frágil situación cambia cuando se da cuenta de que sus hijos, Porvenir, Utopía y Voluntad, están entrando en la adolescencia»
«Gabriel Lima está convencido de que el mundo exterior es dañino para su familia y ha mantenido encerrados a su esposa Beatriz y a sus hijos por 18 años. La frágil situación cambia cuando se da cuenta de que sus hijos, Porvenir, Utopía y Voluntad, están entrando en la adolescencia»
«Procreó cinco hijos más con su esposa, a quien bautizó como Libre, Soberano, Triunfador, Bienvivir y Librepensamiento. Cuando tuvieron la edad suficiente, sus hijos elaboraban los insecticidas y el veneno para rata que el padre vendía en las tiendas del centro de la Ciudad de México. El padre exigía respeto y devoción, se consideraba dueño de sus hijos. Era estricto y los obligaba a trabajar largas jornadas. Los alimentaba todos los días con agua, avena y frijoles, una alimentación modesta que favorecería a la espiritualidad. Los horarios para la comida eran rigurosos y, cuando la familia estaba reunida, el padre hablaba de sus ideas ante un grupo de niños que comían silenciosos sin entender lo que les decía. También los obligaba a escuchar música clásica y aprenderse todo lo concerniente a cada una de las piezas, bajo amenaza de castigarlos si cometían errores. Después de trabajar, reunía a su familia en un cuarto y les leía obras de filosofía. También les hablaba del mundo exterior, de todo lo que transcurría afuera de la casa donde vivían permanentemente encerrados.»