La obra del artista Jorge Olave es una instalación silenciosa que resalta en el asfalto, tejados y balcones de La Candelaria los oficios vitales que pasan desapercibidos.
Si ha caminado por las calles de la Candelaria seguramente los ha visto. Son Los héroes del día a día, la obra del artista Jorge Olave, que propuso en 1996 a la Alcaldía local el montaje de una obra permanente en las calles. Fue una instalación silenciosa, compuesta por 33 esculturas en fibra de vidrio, que posteriormente recubriría en resina y añadiría a ellas un aparente acabado de hierro. Buscaba resaltar en el asfalto, tejados y balcones del sector los oficios vitales que pasaban desapercibidos.
Las esculturas las distribuyó, en su mayoría, sobre la intersección de la carrera tercera de La Candelaria y las verticales que bajaban desde los cerros hasta terminar la localidad, al azar. Olave vivía sobre esa carrera, en una casa de tono crudo con travesaños azules, que se dividía entre espacio doméstico y un taller. Afirmaba para entonces en el periódico EL TIEMPO, en marzo de 1997, que había que darle la posibilidad a la gente de «acabar con esa creencia de que la galería es un templo, el artista un ser superior y la obra un milagro de la creación». Se destacaban para la época lo que Olave denominaba puestas en escena como “El Dandy”, que instaló en la plaza del Chorro de Quevedo. Incursionaba, además de la escultórica, en dibujo, en grabado, en serigrafía y escenografía.
Olave nació en 1953, en Bogotá. Viajó alrededor del mundo en exposiciones individuales, de participación y en distintas conferencias para hablar sobre lo que él mismo buscaba llenar de sentido: el arte ciudadano, y se caracterizaba principalmente por ser un hombre con una conciencia social tal, que en toda su obra no eludía a “los otros”, “Los Nadies”, mismos que el poeta Eduardo Galeano describía como «aquellos que son, aunque no sean”. Por esto, entre sus esculturas, estaba el técnico, el lustrabotas, la jardinera, el pescador.
El 28 de septiembre de 2013 fue asesinado a sus 66 años en su taller, donde encontraron su cuerpo. Es un hecho que aún permanece impune. Como la siempreviva, los héroes día a día se rehusan al olvido.
[Apoyo de archivo: colección particular Colarte, Mike’s Bogota Blog y Hemeroteca Biblioteca Luis Ángel Arango.]
* Esta historia fue realizada en el curso Géneros periodísticos de la maestría en periodismo del Centro de Estudios en Periodismo, Ceper, de la Universidad de los Andes.