Un periodista, un celular y una protesta en Transmilenio

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Luego de esperar por más de una hora en la estación Mazurén, los usuarios de Transmilenio decidieron protestar y bloquear el paso de los buses articulados. No hubo cámaras, no llegaron noticieros. Pero yo lo conté todo, con mi celular y desde mi cuenta de Twitter: @Mr_Bolardo.

8:00 a.m. El último vagón de la estación Mazurén de Transmilenio se llena a reventar. Todos esperan la ruta G11, que atraviesa la Autopista y luego la NQS de norte a sur. Pasan muchos buses, pero ninguno se detiene y el desespero empieza a hacer mella. Ha pasado más de una hora. Cada bus desocupado lleva el letrero de  “Retomando Servicio”,  que ahora reemplaza el tan conocido “En Tránsito”. Lo usuarios se desesperan: «¡Estamos aquí desde las siete!». «¡¿Qué irrespeto. Alcalde hijo de puta?!».

Miro el reloj. Esto hay que contarlo. Saco mi teléfono celular y lanzo mi primer tuit.

8:14 a.m. Dos usuarios abren las puertas de la estación y se bajan a la vía. Un hombre de aproximadamente 25 años y una señora que ronda los 40, armada con una sombrilla naranja y blanco. Juntos hacen intentos por bloquear el paso y los buses del sistema, comienzan a desviarse estratégicamente hacia el carril mixto. La protesta está funcionando. Se detienen dos articulados y discuten con ellos. «Queremos un G11», alcanzo a oír entre gritos.

Más usuarios se suman a la protesta. Abren las puertas de la estación y se plantan frente a los articulados. «¡Queremos un G11!», gritan. «¡Manden un G11!». A la protesta se suman las estaciones cercanas. Pasa una moto de servicio de Transmilenio, pasa un bus vacío. Los manifestantes les cierran el paso. ¡Por fin! ¡Que nos lleven! «Que no se puede», dice el técnico del sistema que iba en la moto, «que ese bus está destinado a descongestionar una estación más adelante». Discuten. Están molestos. Airados.

Yo también voy tarde. Tomo un par de videos y y escribo desde mi cuenta de Twitter: Usuarios piden dejarlos subir al bus vacío.

8:36 a.m. Todos le gritan al técnico de la moto que llevan más de una hora esperando. El hombre, intimidado, habla con el conductor del bus y le pide, le ruega que abra las puertas y etiquete la ruta G11.

Carros particulares que habían quedado atrapados en medio del tráfico pasan junto a la escena y sus conductores, lejos de enfurecerse, pitan en señal de apoyo.“Si uno no bloquea, no le ponen cuidado”, gritó alguien. El nuevo G11 abre sus puertas y empiezan a subir, en desorden, los usuarios de la protesta. La señora de la sombrilla naranja se toma uno de los primeros puestos. El hombre de 25 años que se bajó con ella prefiere quedarse de pié en la parte de atrás. No han pasado 20 minutos desde empezaron a protestar y ya llegado dos buses más, etiquetados como G11.

Mientras subo el siguiente video a mi cuenta, espero el segundo bus. No me puedo ir sin cerrar mi denuncia.

9:27 a.m. No hubo vandalismo ni nadie atacó al sistema. No hablamos de revocatoria, ni nombramos algún partido político. No hubo pancartas, ni tampoco llegó el ESMAD. No hubo cámaras ni noticieros. No lo contaron los medios ni lo escribieron los periodistas. O bueno, sí. Lo escribí yo desde mi cuenta de Twitter.