Intro ♂ El feminismo en la Colombia Humana es un campo en disputa

Hablamos con María Mercedes Maldonado, Sara Tufano, María José Pizarro, Aída Avella y Susana Muhamad sobre qué significa la decisión de Ángela María Robledo de renunciar a la Colombia Humana. ¿Son progres pero no feministas? ¿Es lo mismo representación y promoción de agendas? ¿Se instrumentaliza o no el feminismo de cara a las elecciones?


Ilustradora: Ana Sophia Ocampo

#ESPECIAL

La congresista Ángela María Robledo, ex fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro en 2018 y quien alcanzó con él la votación más alta de la izquierda en el país, renunció a la Colombia Humana. Y lo hizo en un año crucial para las próximas elecciones presidenciales.

La Colombia Humana se autodefine de izquierda, progresista, de corriente socialdemócrata, que trabajan en defensa de la vida y de las libertades individuales. Son pro Constitución del 91 y han estado siempre a favor del proceso de paz, la defensa del medio ambiente y del liderazgo horizontal. Y es un movimiento caudillista. “El partido de Gustavo Petro”, también le dicen. Porque Petro, además, es bien Petrista.

Entonces, ¿por qué si la Colombia Humana tiene las propuestas más “divergentes”, se denuncia que el espacio para el liderazgo femenino es estrecho? Por lo mismo: por esa figura del caudillo, un pater familias, un patriarca que se asemeja al de la extrema derecha en que ambos creen que el máximo poder solo está reservado para ellos. Hombres convencidos de tener facultades divinas como le sucede a un paréco, párroco, que en Colombia se suele confundir con dios.

Ángela María Robledo, por su parte, afirmó que “no comulga ni con los prohibicionismos ni con los vetos”. Y quizá lo dijo a propósito de un reclamo: no ser invitada nunca a la última cena, a las reuniones de decisión en la Colombia Humana. Por lo mismo tomó distancia y anticipó que le han coqueteado desde el Partido Verde y que, igualmente, encuentra oportunidades de una coalición entre mujeres apoyada en el ejemplo de Estamos Listas, en Medellín. 

Robledo aseguró también que le interesan las presidenciales de 2022: que está firme. Defiende su autonomía con el mismo carácter con que ha venido juzgando el comportamiento del jefe de su ex partido, Gustavo Petro, tras ella renunciar. “Hay que quemar las naves”, escribió en un trino en el que aprovechó para recomendarle tácticas más sanas de las empleadas por él hasta ahora.

Su salida, en cualquier caso, desató un debate abierto en el que caben, por supuesto, las críticas al liderazgo de Petro. Pero en este caso no se trata de él. No todo se trata de él. Esta discusión abre un camino por las insinuaciones sobre si se está instrumentalizando o no el feminismo en las agendas políticas en Colombia, de cara a las próximas elecciones, y sobre por qué específicamente señalan a este movimiento, si no es el único ni precisamente el más estrecho.

Hablamos en esta edición con María Mercedes Maldonado, Sara Tufano, María José Pizarro, Aída Avella y Susana Muhamad, mujeres que hacen parte del debate político actual, que ocupan cargos de poder, que son –algunas fueron– afines a la Colombia Humana, aunque no necesariamente militen allí, y que son siempre críticas e independientes con el establecimiento político nacional. 

Sus respuestas destapan, en algunos casos, avenencia con la decisión de Ángela María Robledo, en otros no tanto. Están convencidas todas, sin embargo, de que se pretende usar esta coyuntura como un mitin político en contra de los avances históricos de resistencia y representación plural de las mujeres. El feminismo, en cualquier caso, sigue siendo el blanco de ataques.

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