El embarazo adolescente ya no es un problema de desinformación

En los colegios públicos de Bogotá las cifras de embarazos adolescentes aún son altas: una de cada 100 estudiantes de la jornada de la tarde quedó embarazada en 2015. Seguir estudiando, salirse del colegio, ¿qué hacer embarazada a los 17 años?

por

María Alejandra Castro


23.06.2017

Foto: Wikicommons

En el colegio Miguel de Cervantes Saavedra todos los estudiantes de grado 11 en la jornada de la tarde usan una chaqueta de beisbolista blanca con botones rojos y bordados azules. A Paola* ya le queda muy ajustada: la chaqueta no está diseñada para una barriga de 6 meses de gestación.

Paola tiene 17 años y está esperando un niño. Lo va a llamar Santiago.

“Lo primero que me dijo mi familia fue que me tiré la vida”, cuenta Paola. Su madre quedó embarazada de ella a los 15 y de su hermano a los 17. “Siempre tuve mucha presión porque no querían que siguiera los pasos de mi mamá, pero ya me toca enfrentarlo”, dice Paola.

Aun así, desde que le hicieron la primera ecografía, Paola cuenta con el apoyo de su mamá. Sus abuelos le ofrecieron ayuda desde el principio a pesar de no estar contentos con la situación.

En octubre de 2016 el concejal Juan Carlos Flórez publicó una investigación en la que asegura que entre 2012 y 2015 los casos de embarazos notificados en los colegios públicos de la ciudad aumentaron un 106 %.

Además, según el concejal, existe una relación entre la jornada y el número de embarazos. En el 2015, el 1,04 % de las estudiantes de la jornada de la tarde quedaron embarazadas, mientras que este porcentaje disminuye  al 0,86 % en la jornada de la mañana y 0,17 % en los colegios públicos de jornada completa. “En general, es evidente que hay más embarazos cuando las estudiantes solo van al colegio medio día”, explica la consejera de gobierno del concejal, Andrea Bocanegra. “Si el mensaje es que la educación no merece el tiempo, las adolescentes encuentran otros propósitos para sus vidas”, dice Bocanegra.

En esta misma investigación, el colegio Miguel de Cervantes Saavedra apareció como la institución pública con la mayor cantidad de estudiantes embarazadas durante los cuatro años de análisis: 88 casos.

Yo lo que quiero es graduarme y estudiar a como dé lugar

Para uno de los orientadores psicosociales del Miguel de Cervantes Saavedra, quien pidió no ser nombrado, los colegios no pueden ser acusados como los responsables de la problemática del embarazo precoz.

Según el orientador este no es un problema del entorno educativo. Por el contrario, la problemática compete a todos: familia, colegio, medios, política. Sobre la situación del colegio el orientador explica que la institución no se puede estigmatizar. Además, asegura que la cifra ha descendido dramáticamente en los dos últimos años y que este año solo ha advertido dos casos: el de Paola y el de otra estudiante que dio a luz durante semana santa.

Los orientadores psicosociales son los responsables de las jornadas de educación sobre sexualidad en el colegio. Sin embargo, cuestionan la efectividad de las actividades cuando encuentran que un estudiante sabe más que el mismo orientador. En efecto, Paola asegura que tiene conocimiento sobre los métodos de anticoncepción disponibles. “Yo conozco el condón, las inyecciones, la T, el que ponen en el brazo y sé que a uno se lo dan todo gratis en la EPS, hasta hablé con mi mamá de comenzar a planificar”, cuenta Paola.

Para ella, el problema va más allá del conocimiento. “Lo que pasa es que las ganas le pueden al susto”, dice.

En vista del fracaso de las actividades que ofrece el colegio y de que ninguna secretaría del distrito se ha acercado para proponer algún plan o hacer alguna recomendación, el colegio Miguel de Cervantes Saavedra se ha enfocado en evitar la deserción y en apoyar académicamente a sus estudiantes embarazadas.

“Yo lo que quiero es graduarme y estudiar a como dé lugar”, dice Paola. Por eso tiene muy claro que va a seguir viviendo con su madre y su hermano. “Cuando a uno le dicen que una persona con hijos no sale adelante es porque le dicen que tiene que irse a vivir con el papá del bebé”, explica Paola.

“Yo me aterraba de ver amigas embarazadas, pero todo lo que he vivido es como un jueguito. Entonces ahora me va a tocar duro, pero lo que más quiero es salir adelante”, concluye Paola.

 

*El nombre de la menor ha sido modificado por su seguridad.

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