COVID-19 I El crónica virus: el nuevo periodismo deportivo

El coronavirus expulsó el fútbol de los medios y redes, pero tranquilos, los medios y periodistas narran al Covid-19 como si fuera un partido de fútbol: el espectáculo y la emoción en directo narrado desde hinchas más que desde periodistas y ciudadanos.

por

Omar Rincón


25.03.2020

El virus coronó. El virus se volvió crónica, pero no periodística. 

El virus vive feliz en los medios. Caracol Televisión compungido comunica: “En Caracol Televisión nos sumamos a los esfuerzos del Estado Colombiano, en búsqueda de prevenir y dar a conocer los controles de salud frente al COVID-19 (más conocido como Coronavirus). Teniendo en cuenta lo anterior hemos tomado la decisión de ampliar el horario de algunos espacios informativos con el objetivo de mantener al país oportunamente enterado de la evolución de esta situación, por lo que se podrán dar cambios en nuestra programación habitual. En Caracol Televisión lo más importante es la gente y su salud; por lo que nos sumamos como compañía en establecer medidas de prevención oportunas con el fin de cuidar la propagación del virus en nuestra comunidad. Así mismo, garantizaremos la mejor y más responsable información en tiempo real, y nuestras audiencias podrán continuar disfrutando de la mejor programación familiar con la que siempre los hemos acompañado”. 

No se trata de un gol, no se cuenta cada viruseado como un penalty, no se comunica cada miedo con la emoción del hincha. Más que nunca se necesita y exige contexto.

Dos perlas: “En Caracol Televisión lo más importante es la gente y su salud” y “garantizamos la mejor y mas responsable información en tiempo real”. Y para hacerlo nos cuentan esas noticias terroríficas del coronavirus con un dejo de emoción futbolera: cada contagiado es un gol que se narra, cada comentarista es un fanático que inventa análisis, el árbitro es un gobierno que mete más miedo y todos somos barras bravas dispuestas a linchar o reír. Y todo en directo y en vivo: no hay pausa, ni reflexión, ni esperanza, ni humor, ni ambigüedad: y otro virusiado, gol y goool y gooolll. 

Así el coronavirus se convierte en miedo mediático pues nos dice que el mundo real-real es una amenaza, luego mejor quedarnos en casa y ver fútbol, deportes, telenovelas, realities para ser espectadores de las miserias humanas y políticas. Así creamos el comportamiento perfecto: estamos en casa viendo la tele porque el afuera real es amenazante, sobre todo porque los humanoides son poco confiables en sus cuerpos.

Menos mal que este virus es “viral” y, en internet, al lado de los miedos y el terror, aparecen los chistes, las parodias, los tutoriales y las dudas. 

En todo caso, tranquilos, los medios y las redes son el lugar seguro de contagios corporales, aunque propaguen los miedos públicos. La propuesta de los medios, las redes y Duque es la misma que para acabar con el virus: lavarse las manos de su responsabilidad.

No al directo, al en vivo, a la alarma. Sí al pausar, tener datos, verificar los datos, evitar a los expertos opinólogos, ganar el criterio.

En este contexto, ¿qué deberían hacer los medios y el periodismo para informar sobre este virus?

REPORTEAR, NO ANALIZAR.  Taylor Mulcahey de la Red Internacional de Periodistas recomienda que como es poco lo que se entiende, lo único que queda de real-real es hacer reportería. Y cuando se hace hay mucho que conversar pero poco que mostrar: mucho tilín tilín de gobiernos y analistas y pocos hechos.

OJO CON EL MINUTO A MINUTO. No se trata de un gol, no se cuenta cada viruseado como un penalty, no se comunica cada miedo con la emoción del hincha. Más que nunca se necesita y exige contexto.

CONTEXTO. Martín Caparrós en el New York Times nos cuenta que en el invierno 2018-2019 en España fallecieron 6300 personas por gripe. “Un montón de muertos”, y que “quizá los grandes medios, siempre quejosos, siempre atentos a estas cosas, descubran por fin su panacea: si empiezan a transmitir en directo cada nueva víctima de la gripe podrán —considerando que la temporada griposa dura menos de medio año— ofrecer unos 35 óbitos al día, un par por hora en las horas despiertas, un espectáculo incesante, un terror sin medida. Por ahora no lo entendieron y se limitan al coronavirus: treinta y tantos muertos en España, todos muy mayores”. Antes que el directo, en el en vivo lo primero es el contexto, sin contexto no hay sentido.

TUTORIAL. Más que informar, primero se debe hacer periodismo lento, comprensible y explicativo. Un tutorial que desactive los miedos y active al ciudadano. No se trata de producir terror, sino de colaborar en la generación de confianza.

PERIODISMO LENTO. No al directo, al en vivo, a la alarma. Sí al pausar, tener datos, verificar los datos, evitar a los expertos opinólogos, ganar el criterio. Esto significa la renuncia al periodismo de “todo por un clic” para hacer el periodismo que provee criterio.

MENOS ES MÁS. Recordar que este virus no es un partido de fútbol, que cada enfermo no es un gol, que cada decisión de los gobiernos no es un cántico de barra brava. Menos es más, pero un menos con conciencia social y responsabilidad democrática.

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