¿Bajarle el sueldo a los congresistas reduce la corrupción?

Nadie duda que los sueldos de los congresistas y altos funcionarios del país son demasiado grandes, ¿pero tiene eso relación con la corrupción? Esta es la primera entrega en la que le explicamos lo que no ha podido entender de las preguntas de la #ConsultaAnticorrupción.

por

cerosetenta


15.08.2018

Desde 1995 el salario de los congresistas, en promedio, ha aumentado en un 24 %. Pasó de 14 salarios mínimos, a 40 en menos de 15 años. Y este año, mientras que el salario mínimo aumentó en un poco más de $ 40.000 el de los congresistas aumentó en más de $ 1.500.000. Esto se suma a muchos otros beneficios: los congresistas tienen más de treinta millones para contratar asesores, un celular, al menos un carro blindado. Para el Senador Jorge Robledo, del Polo, esto se debe a que desde la Constitución del 91 hay un artículo que permite el aumento del salario de los parlamentarios por encima de la inflación. Anterior a la Asamblea Nacional Constituyente, el salario lo definían los mismos congresistas. Ahora, el artículo 187 de la Constitución determina que el ajuste anual se hará de acuerdo al promedio ponderado en los cambios de salario de los servidores de la Administración Central, es decir del Presidente, el vicepresidente y sus ministros. Este salario, como el de los parlamentarios a nivel mundial, se justifica en la importancia de su labor y en la eficiencia con la que la deben ejercer.

Reducir ese salario, y ponerle un tope de aumento, es uno de las estrategias de la Consulta Anticorrupción propuesta por el Partido Verde para sanear el congreso. Es, de hecho, la primera pregunta que los colombianos deberán responder el próximo 26 de agosto: ¿Aprueba usted reducir el salario de los congresistas de 40 a 25 Salarios Mínimos Mensuales  Vigentes SMMLV, fijado un tope de 25 SMMLV como máxima remuneración mensual de los congresistas y altos funcionarios del Estado señalados en el artículo 197 de la Constitución Política?

Los argumentos de esta propuesta parecen sencillos: los sueldos de los congresistas son demasiado elevados y, en todo caso, quienes decidan ser congresistas deberían estar motivados por la vocación del servicio público y no por un sueldo millonario. Sin embargo, la primera pregunta de la Consulta ha suscitado dudas razonables en algunos sectores. ¿Hay una relación directa entre el sueldo de los congresistas y la corrupción? ¿Qué nos asegura que reducir el sueldo a la mitad no incentivará a los congresistas a obtener ingresos por otros medios?

 Susan Rose-ackerman, académica de la Universidad de Yale, lo describe como los costos morales de la corrupción, que son mayores cuando el salario es alto. La ecuación es sencilla: ante un salario bajo la corrupción  parece menos reprochable. Para el senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, la primera pregunta de la #ConsultaAnticorrupción es una lógica enrevesada que podría llegar a justificar la corrupción.

"lo que nos ganamos los congresistas es muy alto en relación al salario mínimo, es alto en relación al ingreso medio, es alto en relación con otros congresos de América Latina”

De acuerdo con el senador Robledo, estamos en un país en la que la mayor parte de la población “hace sacrificios para ganarse la vida”, de personas que ganan poco pero que son honradas. Sin embargo, El Mandato Parlamentario, creado por la Unión Interparlamentaria en Ginebra, asegura que “la situación del parlamentario se caracteriza por la existencia de un cierto número de ventajas y cargas que tratan de garantizar la libertad en el ejercicio del mandato y la independencia del parlamentario, protegiéndole contra presiones que podrían comprometer su independencia”. De acuerdo con este mandato, “al garantizar la vida decente al parlamentario, los honorarios deben protegerle contra la corrupción”.

Pero en Colombia el salario de los congresistas les garantiza mucho más que una vida decente. Lo dice el senador Robledo: «lo que nos ganamos los congresistas es muy alto en relación al salario mínimo, es alto en relación al ingreso medio, es alto en relación con otros congresos de América Latina”. Para el congresista hay que dejar claro que ser parlamentario es un servicio público y que la política no está para enriquecer a nadie: “si nos bajan el salario podemos seguir teniendo una vida cómoda, no de grandes oligarcas o de grandes potentados, pero cómoda”. De ahí que, para el senador, la disminución del salario de los congresistas sea una de las preguntas de la consulta anticorrupción tiene que ver más con la posibilidad del avanzar en ajustes que se han querido hacer a través del Congreso, pero que los congresistas se han negado a aprobar. Más que disminuir la corrupción a través de bajar el salario de los congresistas, es una medida que el país agradece: «Esos recursos pueden gastarse en otros asuntos, incluso, si se quiere, en mecanismos de persecución de la corrupción», asegura Robledo. 

Nada en política se puede resolver mientras seguimos votando por los mismos

El problema es que no sólo depende de los congresistas, depende también de los votantes. El reto está, dice el senador Robledo, en qué la gente no vote por quién no debe: “Mire el presidente que acabamos de elegir. Nada en política se puede resolver mientras seguimos votando por los mismos. Si no cambiamos lo que hacemos, no podemos pretender que cambie la manera en que lo hacemos”.  

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